“Entre el 2021 y 2022 se dio un fenómeno muy peculiar donde muchos establecimientos enviaron a faena vacas de cría e incluso preñadas, esto sin dudas no es bueno, pues representan la fábrica de terneros de una unidad de producción. Los motivos que obligaron a los productores a tomar esa decisión fueron climáticos, sequía y quemazones de campos”, explicó el doctor Cabral.
Definir objetivos
“Tener objetivos claros es fundamental para optimizar los recursos y los esfuerzos. Por ejemplo: si defino que quiero retener vientres (vacas o vaquillas) o aumentar mi plantel de cría, ya sé que una parte de mi capital operativo deberá estar destinado a ese objetivo, sea en compra de alimentos, suplementos, y más aún, que no tendré ingresos por la venta de ese lote, por lo tanto, ya planifico el año o incluso los años sucesivos con base en ese objetivo definido”, confirmó el profesional.
Acortar periodo de recría
“Otro ejemplo puede ser acortar el periodo de recría, tanto de machos como hembras. Bajar el periodo de recría de 24 meses a 18 meses, o inclusive 12 meses, que significará destinar recursos para preparar forrajes (verdeos, heno, ensilajes) o prever una suplementación que nos permita acelerar el proceso de ganancia de peso. Pues deberemos pasar de ganar 250 a 350 gramos por día en promedio año, a ganar 500 o 600 gramos por día en promedio año; con eso apuntaremos a bajar el periodo de recría, y definiremos qué categoría y lote en el cual debemos centrar nuestros esfuerzos”, expuso nuestro entrevistado.
No vender la fábrica
Sobre los productores que venden sus vacas en producción, el doctor dijo. “Lo último que yo recomendaría a un ganadero es vender su fábrica de terneros, salvo que sean vacas CUT (criando último ternero) o vacas y vaquillas que pasaron por un proceso de selección y que por ciertas características fueron descartadas. Pero si la situación apremia se debe hacer uso de esta opción, en ese caso, lo ideal sería trabajar con vacas o vaquillas preñadas para sacarle mayor provecho (mejor precio) a ese producto”.
3 errores principales
“En estos 21 años de trabajo en la profesión y más aún en estos últimos 10, donde el acceso a la información es bastante más fácil, veo que el error número 1 es la falta de asesoramiento adecuado, el segundo y tercero ya son consecuencia del primero. Y son: no definir objetivos claros y la falta de planificación a mediano y largo plazos”.
La reposición
“La reposición debe ser la categoría más mimada del campo, va a ser la que nos dará los ingresos en cantidad y calidad, en la medida que sea bien trabajada. La primera recomendación es hacer una fuerte selección tanto fenotípica como también por aptitud reproductiva y habilidad materna, pero eso implica manejar datos, recopilar información y procesarla para la toma de decisiones. Este último punto, la recopilación de información, el procesamiento y su uso para la toma de decisiones es todavía una cuenta pendiente en el 90% de los establecimientos ganaderos”, confirmó el doctor.
¿Un ternero por año?
“Que una vaca dé un ternero por año, eso sería un escenario ideal; pero la media nacional apenas nos muestra que estamos un poco por encima del 50%. Hay regiones del país donde el clima y el suelo son más aptos y perseguir estos objetivos es alcanzable; no obstante hay regiones donde el suelo, el clima y más la falta de inversión hacen que lograr 1 ternero por vaca por año sea casi imposible, por eso la media nacional nos indica que tenemos 1 ternero por vaca prácticamente cada 2 años. Un punto fundamental que se debe tener en cuenta es la carga animal por hectárea, si no conocemos nuestro campo, podemos cometer errores graves y comprometer los resultados futuros”, finalizó.