De acuerdo con las conclusiones vertidas del quinto observatorio de gasto de Dende, todo el sistema previsional del Paraguay presenta preocupantes desequilibrios. Por ejemplo, menciona que mientras el Fondo del IPS cuenta en promedio con 16 cotizantes activos por cada jubilado, en la Caja Fiscal es de 3,3 cotizantes por cada jubilado. Además dentro del sector público hay enormes distorsiones en lo referente a las exigencias para la jubilación como años de aportes, edad para jubilarse, entre otros.
Por otra parte, también se observa que en el año 2022, en el IPS la cotización mensual promedio para la jubilación era de tan solo G. 383.142 por cotizante, siendo el monto aportado por el trabajador de G. 150.192 y por la patronal de G. 232.950 por mes.
Esta relación es muy diferente en la Caja Fiscal, donde se observa que la cotización promedio de los funcionarios al cierre del 2022 fue de G. 1.158.732 por mes, pero este fondo no se registra directamente el aporte del empleador (el Estado), sino que se realiza de forma indirecta, siendo en realidad todos los paraguayos los que terminan pagándolo, a través de los impuestos.
Del total de los 10 años analizados, la Caja Fiscal ha registrado un déficit financiero (mayor egreso que aportes) en los últimos 8 ejercicios fiscales, que debió ser cubierto principalmente con impuestos, son casi US$ 1.000 millones que fueron cubiertos con nuestros impuestos en todos estos años.
Lea más: Solución al déficit en caja fiscal debe ser prioridad para el nuevo gobierno
Posibles soluciones
Entre las posibles soluciones para estos desequilibrios, el economista Manuel Alarcón de Dende desarrolló algunos posibles escenarios de financiamiento que incluyen por ejemplo, el aumentar la tasa de contribución del 16% al 17%. Suponiendo el salario base promedio de G. 2.242.075 de los aportantes de la Caja Fiscal, un aumento de un punto porcentual de la tasa de contribución actual a 17% (G. 72.421 más de aportes mensuales) significaría un incremento de G. 16.780 millones mensuales y G. 201.365 millones anuales, según datos del año 2022.
Otra salida para aumentar los ingresos sería incluir a los funcionarios contratados como aportantes de la Caja Fiscal.
Otra salida podría ser la extensión del periodo de aportes. Según Dende, aumentar el tiempo de aportes requerido a 64 años y 11 meses, podría ayudar a reducir la presión financiera de la Caja Fiscal en el mediano e incluso en el largo plazo.
Con relación al sector del Magisterio Nacional, se sugiere que los maestros continúen activos y accedan a la jubilación a los 65 años, es decir, seguirían aportando 20 años más considerando las condiciones económicas muy favorables con que cuentan en la actualidad. Los recursos adicionales para la Caja Fiscal en concepto de un incremento en la cantidad de años de vida laboral activa son equivalentes a G. 1.017.552 millones anuales para el sector.
Cabe resaltar que para este supuesto se consideró el retiro promedio de los docentes a los 45 años, donde el aumento situaría la edad de retiro en aproximadamente 65 años.
Necesaria reforma
Algunos de estos puntos deberían ser analizados en el marco del estudio de posibles reformas en el sistema previsional y más concretamente de la Caja Fiscal, para lo cual se conformó una comisión nacional para debatir sobre los ejes de la reforma.
El Observatorio de Dende considera que la mejor estrategia que ayude a mejorar la situación actual la Caja Fiscal será aquella que permita unificar o equiparar los requisitos necesarios de todos los sectores para acceder a los beneficios de la jubilación, permitiendo de esa forma una mayor sostenibilidad del fondo.