Según los registros de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), hasta el jueves 18 y viernes 19 de este mes, con una afluencia a la represa de 10.400 metros cúbicos por segundo, aún operaba bajo el modo “generación a máxima potencia”.
El lunes último, con una afluencia de 8.800 metros cúbicos por segundo, los responsables de la producción de la central siguieron atados al modo de “generación restringida”, así como el martes último y ayer, pese a que la llegada de agua tuvo una leve mejoría, entre 9.000 y 9.500 metros cúbicos por segundo.
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Apuntemos también que en uno u otro modo de operación, el vertedero principal de la represa se mantuvo cerrado, no así el del brazo Aña Cua del río Paraná, que en los últimos días erogaba 1000 metros cúbicos por segundo, inclusive 500 metros cúbicos por segundo debajo del mínimo que había acordado Yacyretá con el Banco Mundial, una de las primeras instituciones multilaterales que financiaron el proyecto hidroeléctrico.
Acerca de la potencia en actividad bajo el régimen de “generación restringida” nada dice el informe oficial. No obstante, debe recordarse que en las depresiones más acentuadas de la curva que grafican la afluencia de agua a la represa, los operadores de la usina se vieron obligados dejar inactivos cerca del 60% de la potencia instalada del complejo.
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La central hidroeléctrica Yacyretá cuenta con 20 unidades de 155 MW de potencia cada una, o sea 3.100 MW instalados.
La abundancia de agua, que también benefició a Yacyretá, se debió principalmente a las lluvias registradas aguas arriba de Itaipú, central que mantuvo abiertas sus compuertas en los primeros meses de este año.