La Industria Nacional del Cemento (INC) no solamente está comprando clínker (principal insumo del cemento) a un elevado precio de Yguazú Cementos, sino que también está absorbiendo los gastos de flete terrestre para trasladar el producto adquirido, desde el depósito de Villa Hayes, de su principal competidora, hasta su planta de Villeta.
Para ello, la cementera pública, cuyo presidente es Ernesto Benítez, contrató en marzo último a la empresa Puntual Construcciones, de Luis Bóveda, a la que pagará G. 680.000.000 para llevar el clínker adquirido de la firma Yguazú hasta la planta de la INC de Villeta, en camiones tipo volquetes, según el contrato firmado.
Vale señalar que el monto adjudicado a Yguazú Cementos para la compra de clínker fue de G. 10.615 millones, para la adquisición de 10.000 toneladas del producto, es decir, G. 1.061.500 por tonelada, que se traducen en US$ 150 por tonelada al tipo cambio actual.
Este precio está muy por encima del que viene pagando la estatal por este producto, que fue de US$ 125 en un contrato de 2021 y US$ 107 en 2020. Con la variante de que en esas compras anteriores, el producto se le entregaba a INC en planta.
Ahora, en cambio, aparte del elevado precio, la cementera pública también está absorbiendo los gastos de traslado de dicho producto, lo que se estableció en el contrato con Yguazú Cementos. Por este motivo, la INC contrató a otra firma para poder trasladar el producto que compró de su competencia directa.
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Fracaso de la inversión de los bonos en INC
El hecho de que la INC siga comprando clínker en lugar de producirlo es otro indicador del fracaso de la “inversión” en esa empresa de US$ 80 millones provenientes de la colocación de bonos soberanos, ejecutada principalmente en el gobierno de Horacio Cartes y que también salpica al actual Gobierno, que recibió y aceptó las cuestionadas obras que no funcionan como deberían.
Con la inyección de capital citada, la compañía estatal debía estar produciendo clínker suficiente en Vallemí (donde tiene piedra caliza para producir durante casi 1.000 años), cerca de 1.200 toneladas por día, pero eso no se consiguió. Debido a esta situación, la fábrica manejada por el gobierno sigue sin despachar las 90.000 bolsas de cemento por día que se había prometido y, con suerte, entrega apenas 35.000 bolsas por día.
El viernes último, en un recorrido por la planta de Villeta, ABC pudo corroborar que hasta el mediodía la estatal no proveyó cemento a sus clientes.
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Un reporte de la Contraloría evidenció que el horno III de clínker de Vallemí de la INC tuvo paradas por un total de 4.355,36 horas en el 2021, equivalentes a 181,48 días, produciendo durante el tiempo de funcionamiento un total de 318.860,47 toneladas, que con respecto a la capacidad nominal de producción (600.000 tn/año) representó el 53.23%.
Estas cifras siguen sin repuntar hasta la fecha y pese a ello la Fiscalía hasta ahora alega que no halló indicios de hechos punibles en este caso. La causa abierta está en manos del fiscal Jorge Arce desde diciembre del 2019.
Los dueños de Yguazú
En la edición de ayer de nuestro diario, en la página 9, publicamos que la empresa Yguazú Cementos pertenecía a la familia Pettengill, pero la propietaria de dicha firma es la familia Bogarín, según aclaró ayer el empresario Luis Pettengill.
“La confusión pudo darse porque yo era socio de José Ramón Bogarín, pero la cementera Yguazú Cementos siempre fue de la familia Bogarín”, expresó el empresario