El análisis sobre deuda flotante forma parte del informe del FMI que detalla las medidas que deberá implemen tar el gobierno paraguayo en el marco del acuerdo de “Instrumento de Coordinación de Políticas (PCI)”, que debe aplicarse hasta noviembre de 2024.
La referida deuda está conformada por los compromisos que asumen las diferentes instituciones públicas y que no pudieronr pagar al 31 de diciembre, razón por la cual los trasladan al siguiente ejercicio para su cancelación, a más tardar el 28 de febrero.
El informe del Fondo menciona que las autoridades paraguayas se comprometieron a limitar el financiamiento interno basado en el traslado de pagos al siguiente ejercicio presupuestario (deuda flotante).
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“Aunque se reconoce que es necesario recurrir a este método de financiamiento, su uso excesivo terminaría trasladando los problemas de liquidez del Tesoro al sector privado. Por lo tanto, el programa incorpora una meta cuantitativa sobre la variación neta de la deuda flotante”, indica.
Instrumento tradicional
En un apartado del informe se explica que la deuda flotante es un instrumento tradicional de financiamiento fiscal en Paraguay, que permite hacer frente al carácter estacional de las operaciones del Tesoro.
“Los gastos, por lo general, aumentan en diciembre, cuando los ingresos tributarios son bajos. Parte de esos gastos se traslada al año siguiente, cuando se reembolsa mediante financiamiento a corto plazo”, añade.
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Añade que la deuda flotante no es un atraso, ya que la fecha de pago está claramente fijada de antemano con los proveedores y que el gasto financiado con la deuda flotante está debidamente registrado en el sistema contable del Tesoro.
La deuda, según informes de Hacienda de cada año respecto al tema, incluye inversiones en obras, servicios personales y no personales, servicios básicos, bienes de consumos, insumos y otros gastos que quedaron pendientes.
No más adelantos del BCP
Hacienda, generalmente, cubría estos compromisos con un adelanto de corto plazo que solicitaba al Banco Central del Paraguay (BCP) en el mes de enero, pero en los dos últimos ejercicios dejó de lado ese mecanismo de financiamiento y optó por cancelarlos con recursos genuinos disponibles.
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Este año se pagó poco más de G. 1,5 billones (US$ 216,2 millones) correspondientes al ejercicio 2022, en tanto que el año pasado se abonó G. 2,7 billones correspondientes a 2021 y G. 3,4 billones, del ejercicio 2020.