Revisión del Anexo C de Yacyretá acumula un atraso de casi nueve años

El plazo para la revisión del Anexo C del Tratado de Yacyretá venció el 27 de marzo de 2014. Paasaron casi 9 años y todo sigue igual, en rigor empeoró, porque a nadie inquieta el incumplimiento de este mandato del Tratado.

Central Hidroeléctrica Yacyretá.
audima

El numeral IX-Revisión del Anexo C del Tratado de Yacyretá, se lee que las disposiciones del presente Anexo serán revisadas a los 40 años a partir de la entrada en vigor del Tratado...”.

La financiación del proceso de construcción de las obras civiles y equipamiento de la nueva central del Aña Cuá, en el marco del complejo Yacyretá, a pesar de que no figura entre las obras que describe su Anexo B, había sido incluida en el Acuerdo Cartes-Macri.

El tratado, según los registros de las oficinas locales de la entidad binaconal entró en vigor el 27 de marzo de 1974, por consiguiente el plazo en cuestión caducó el 27 de marzo de 2014.

Hubo intentos en la instancia de la Altas Partes Contratantes, por cierto con severos cuestionamientos desde nuestro país, de cumplir este mandato del Tratado de Yacyretá.

El primer paso data del 4 de mayo de 2017, cuando en la misma represa de Yacyretá, los entonces mandatarios de nuestro país y de la Argentina, Horacio Cartes y Mauiricio Macri, suscribieron un documento que luego trascendió con el nombre de Acuerdo Cartes/Macri.

Fue la matriaz de la Nota Reversal N° 2/17

Es documento, contenía los puntos principales de lo que luego sería la Nota Rervesal N° 2/17, del 28 de setiembre de ese año, en definitiva el instrumento diplomático de la revisión de las bases financieras y de prestación de los serivicos de electricidad de Yacyretá.

No debe olvidarse empero que el 9 de enero de 1992, los Poderes Ejecutivos de entonces firmaron e intercambiaron cuatro Notas Reversales sobre Yacyretá. El segundo, “respecto a la tarifa y financimiento del proyecto Yacyretá”, pese a que fue rechazado por el Legislativo paraguayo, ya había alterado profundamente el Anexo C de 1973.

También en este caso, aún con el rechazo del Parlamento nacional, este instrumento diplomático, que en la práctica implicaba un drástico recorte de los beneficios paraguayos en esta obras, rigió e inclusive sigue vigente hasta la fecha.

De ineludible tratamiento parlamentario

Apuntábamos más arriba que el Acuerdo Cartes/Macri parió el 28 de setiembre de 2017 la Nota Reversal N° 2/17, firmado e intercambiado por sus ministros de Relaciones Exteriores Eladio Loizaga y Jorge Faurie.

Instrumentos de esta naturaleza, que modifican una ley o partes de una ley, en este caso la N° 433/73, que aprueba el Tratado de Yacyretá, no pueden y mucho menos deben eludir el tratamiento parlamentario.

En nuestro país, el Legislativo, con muy pocos votos de diferencia, defendido en esa ocasión -y en otras dos posteriores antes intentos por derogarla de la oposición -, por la alianza carto-abdista del Partido Colorado, sancionó la Ley N° 6135/18, que la Presidencia de Mario Abdo Benítez promulgó sin mayores titubeos y pérdida de tiempo.

En Argentina, esta revisión del Anexo C, a pesar de que fue firmada y promocionada por su Ejecutivo de turno, fue ignorada. A finales de octubre último, cinco años después de su aprobación, se supo que el actual Ejecutivo argentino retirará del Legilativo el pedido de aprobación, “porque no están dadas las condiciones políticas para su aprobación”, un anuncio que de inmediato resonó en el Legislativo paraguayo. El viernes 28, también de octubre, se informaba que en Diputados, que ya remitieron a un par de sus comisiones el nuevo proyecto de derogación de la ley 6135/18.

Congela la cesión de energía

Su principal vocero, el diputado Fernando Oreggioni, planteaba que la nueva oportunidad se aproveche para delinear un nuevo acuerdo, que respete los derechos de nuestro país en Yacyretá.

En la fundamentación del nuevo intento por derogar la ley 6135/18, según el diputado Oreggoni, figura el “congelamiento de la cesión de energía”. En otras palabras, la “cesión paraguaya de energía” se prolongaría hasta el 2048 inclusive, si el documento de marras hubiera regido, para colmo de males con una tarifa que no alacanza los a US$ 11/MWh.

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