El gremio Cappro estima que la molienda de oleaginosas podrá cerrar este año con el peor resultado desde que se realizaron las inversiones que elevaron la capacidad de procesamiento de la industria aceitera nacional, por arriba de las 4 millones de toneladas.
El volumen de procesamiento de oleaginosas de este semestre, al comparar con el promedio del primer semestre de los últimos tres años, registra una caída muy significativa del 18%, unas 285.000 toneladas menos. El gremio destaca que es cada vez más marcado el impacto de la sequía de la última campaña agrícola, con el quiebre de la zafra de más del 60% y el desabastecimiento que eso ha generado en la industria aceitera. En los últimos cuatro meses se han cerrado con una menor molienda que los mismos meses de 2021.
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Agrega que en los próximos meses se pronostica que la tendencia se irá profundizando, e incluso todo apunta a que las fábricas tendrán condiciones para trabajar apenas hasta agosto próximo, viéndose forzadas a parar cuando normalmente activan durante todo el año, teniendo solo paradas programadas para mantenimiento.
Aprovechamiento industrial cae hasta 56%
La molienda, específicamente de soja, en el primer semestre de 2022 se ubicó en 1.311.915 toneladas, lo que implica una reducción del 6% en comparación al mismo periodo del año pasado. Este volumen representa además un aprovechamiento del 56% de la capacidad nominal para procesar en este mismo periodo. El mencionado porcentaje representa una caída de 1 punto porcentual con relación al mes pasado, pero de 4 puntos porcentuales al realizar la comparación interanual; además de ser el menor registro desde el 47% del primer semestre de 2013. La tendencia es que el año cierre con números de caída aún más significativos a los que se registraron hasta el momento, ya que el desabastecimiento de materias primas en las fábricas se va sintiendo de manera cada vez mayor, a pesar de la aprobación del decreto para hacer posible la importación de granos para la industria, el mismo está pendiente de reglamentación y los tiempos prácticamente ya no coinciden con la ventana de oportunidad para concretar compras, señala Cappro.
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La caída en la generación de divisas en el semestre alcanza el 26%
El reporte de Cappro también indica que las divisas generadas por la exportación de productos del complejo soja alcanzaron US$ 1.680,22 millones hasta junio, lo que representa una reducción del 26%, en comparación al mismo periodo de 2021 y del 11% con relación al promedio de este periodo en los últimos tres años. Dicho valor representa también el 34% de todo lo generado por las ventas de productos al extranjero, con lo que se han reducido siete puntos porcentuales la participación conseguida a mitad del año pasado, convirtiéndose en el peor registro para este periodo desde el 33% conseguido en el 2009.
También expresa que durante los primeros meses del año, las comparaciones con el 2021 daban variaciones positivas, pero la mala situación real se ha empezado a ver con mayor claridad en las estadísticas de estos últimos meses y la generación de divisas muestra una tendencia de caída cada vez más marcada, con una disminución interanual que ronda los US$ 580 millones.
Envíos del complejo cayeron en 2 millones de toneladas
Durante la primera mitad de 2022, el volumen total de exportaciones de aceite, harina, cascarilla y granos de soja en estado natural llegaron a 2,89 millones de toneladas, una caída en torno a los 2 millones de toneladas, en comparación al mismo periodo de 2021.
El análisis de Cappro remarca que la retracción del sector se va haciendo más evidente conforme avanzan los meses y el importante quiebre que se sufrió en la actual zafra se va haciendo manifiesto en los datos de comercio exterior, que cerraron el primer semestre con el menor valor registrado desde la última gran sequía de 2012.
Los registros bajos se mantendrían y hasta podrían empeorar para los próximos meses, considerando que la mayor parte de la soja cosechada ya fue enviada al exterior o procesada en nuestras industrias aceiteras.
Añade que la logística es uno de los eslabones de la cadena que se ha visto considerablemente afectada, ya que se ha reducido bastante el volumen de negocios por falta de mercaderías para transportar, aunque la cosecha de maíz que se está consiguiendo ha colaborado en cierta medida para mitigar este efecto y actualmente se ve un dinamismo considerable en esta actividad. Sin embargo, manifiesta que aún quedan varias situaciones que deben ir mejorando, ya que la navegabilidad de los ríos sigue estando muy limitada y en el tráfico terrestre se observan muchos problemas en los cruces fronterizos con el Brasil, mercado que está siendo cada vez más importante.
A su vez, el estudio de Cappro indica que con esta situación de falta de materia prima, la mayoría de las industrias asociadas al gremio tienen previsto seguir procesando solamente hasta mediados de agosto, aunque algunas podrían ir incluso por un tiempo más. Igualmente, todo eso sería a un ritmo muy inferior al que normalmente se registraba en las industrias, así como ha venido sucediendo en la mayor parte de este 2022.
Con esto las industrias atravesarán por una situación prácticamente sin precedentes, de tener que suspender sus operaciones por falta de materia prima varios meses, antes de las paradas programadas para realizar mantenimientos que habitualmente se daban recién en la segunda quincena de diciembre, y que no duraban más de 30 días a la espera de la nueva zafra.
Las proyecciones dan cuenta de que para el segundo semestre se tiene un panorama bastante sombrío para la industria aceitera, porque la parada obligada y no programada implica también una reducción de la demanda de servicios externos, que pone en riesgo los puestos de trabajo que se generan gracias al procesamiento de oleaginosas, además de los trabajos directos en las fábricas.
“Desde la Cappro estamos convencidos de que en el futuro estas situaciones se pueden evitar o minimizar, para lo cual una política industrial que le permita al sector competir en igualdad de condiciones con las industrias de otros países por el abastecimiento de materias primas es de vital importancia y permitirá la consolidación de la actividad y el desarrollo de toda la cadena de valor”, concluye.
Acorde con los datos de Cappro, el área de siembra de la soja 2021/2022 fue de 3,46 millones de hectáreas, con un rendimiento promedio de 1,1 toneladas por hectárea y una producción total estimada de 3,84 millones de toneladas.