Por primera vez en la historia, científicos del Real Jardín Botánico Kew (Reino Unido) y de la Universidad de Estocolmo han realizado un análisis completo de todos los datos registrados sobre la extinción de plantas en el mundo.
El estudio indica que en dos siglos y medio se han perdido para siempre 571 tipos de plantas y el rito de desaparición es 500 veces más rápido de la considerada tasa "natural" de extinción, indicó la Universidad de Estocolmo en un comunicado.
Para llegar a ese número, el equipo revisó todas las publicaciones sobre extinción de plantas durante más de tres décadas y llegó a la conclusión de que el número de las que ya no existen era cuatro veces mayor que las recogidas en los listados que se manejan hoy en día.
La doctora Aelys Humphreys, una de las autoras del estudio y profesora adjunta de la Universidad de Estocolmo señaló en la nota que "la mayoría de la gente puede decir el nombre de un mamífero o un pájaro que se hayan extinguido en los últimos siglos, pero pocos pueden hacer lo mismo con una planta".
Los autores del estudio esperan que estos datos se usen para centrar los esfuerzos de conservación en zonas como África y Sudamérica, donde se sabe menos sobre la extinción de las plantas.
La revisión de todos los datos hicieron ver a los expertos que la extinción de las plantas se produce "mucha más rápido" que la tasa de fondo de extinción natural -el nivel normal de pérdida durante la historia de la Tierra antes de la intervención humana-.
La tasa de desaparición es 500 veces superior a la normal, aunque los autores consideran, según el comunicado, que esos datos subestiman los auténticos niveles de extinción.
Las tasas más altas de extinción se produce en las islas, en los trópicos y en áreas de clima mediterráneo y el tipo de plantas más afectadas son las leñosas, como árboles y arbustos, y que están confiadas en un espacio geográfico pequeño, como una isla.
Las plantas "sostienen toda la vida en la Tierra, proporcionan el oxigeno que respiramos, el alimento que comemos y forman la columna vertebral de los ecosistemas del mundo, por lo que su extinción es una mala noticia para todas las especies", recordó el coautor del estudio Eimear Nic Lughadha del Real Jardín Botánico Kew.
Este nuevo conocimiento sobre la desaparición de las plantas "ayudará a predecir (y tratar de evitar) futuras extinciones tanto de plantas como de otros organismos", señaló el experto, para quien saber cuáles y dónde se están perdiendo contribuirá a los programas dirigidos a conservar otros organismos.
Entre los ejemplos de plantas desaparecidas, el comunicado cita el sándalo de Chile, "Santalum fernandezianum", un árbol que crecía en el archipiélago de Juan Fernández y en la isla de Pascua, y que a finales del siglo XIX, por su explotación intensiva, casi todos los ejemplares había sido talados.
El último de su especie fue fotografiado en agosto de 1908 en la isla Robinson Crusoe y aunque a lo largo de los años se ha informado de su existencia en Alejandro Selkrik -ambas islas del archipiélago Juan Fernández- nunca ha podido confirmarse y las repetidas búsquedas han sido infructuosas.