Durante una reciente visita a Rovaniemi, en la Laponia finlandesa, promocionada por las autoridades del país desde los años ochenta como el “verdadero” pueblo natal de Santa Claus, llovía a cántaros y el termómetro marcaba 2 ºC.
Sentado en un sillón donde recibe a los visitantes, Papá Noel se mostró no obstante de buen ánimo y aseguró a AFP que la falta de nieve no le impedirá despegar su trineo en Nochebuena para entregar regalos a todos los niños del mundo.
“Mis renos pueden volar, así que no hay problema”, dijo el viejecito de larga barba blanca y traje rojo, mientras descansaba sus piernas tras un largo día de encuentros con niños y adultos entusiasmados.
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Pero “podemos ver que el cambio climático es real. Está afectando a los renos y está afectando a la vida aquí en el Ártico”, añadió inquieto. Según los científicos, el Ártico registra un calentamiento casi cuatro veces mayor que otras partes del mundo debido al cambio climático.
Tras un verano históricamente cálido, la localidad de Utsjoki, en Laponia, registró en noviembre 11,1 ºC, un récord. Con el alza de las temperaturas se ha vuelto también más difícil para los renos desenterrar su principal fuente de alimento, el liquen.
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La alternancia de heladas y deshielo puede formar capas de hielo impenetrable, haciendo imposible que los animales accedan al alimento con sus pezuñas.
Auge del turismo en Rovaniemi
Turistas de todo el mundo acuden en masa a Rovaniemi para disfrutar de encantadores paisajes nevados y experimentar el frío ártico. Con sólo unas pocas horas de luz en esta época del año, muchos también esperan ver auroras boreales.
Muchas familias con niños vienen para vivir la magia de la Navidad. “Es muy bonito. Es como en las películas de Navidad, súper mágico”, opinó María Batista Torres, de Tenerife (España), que visitó la Aldea de Papá Noel con sus dos hijos pequeños.
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Además de conocer a Papá Noel, los visitantes pueden pagar para ir en moto de nieve o subirse a un trineo tirado por renos. La visita a la Aldea de Santa Claus es gratuita, pero para hacerse una foto con él hay que desembolsar un mínimo de 42 dólares.
Algunos visitantes notan no obstante la falta de nieve. “Me imaginaba que habría mucha más nieve”, señaló sorprendido Wenguel, un turista estadounidense que solo dio su nombre de pila.
Deseos de paz
Un poco más lejos, la oficina de correos de Papá Noel bullía de actividad, con elfos de capucha roja sellando tarjetas y clasificando montañas de cartas en pleno ajetreo navideño. “En diciembre puede haber unas 30.000 cartas al día”, explicó la elfa Heidi Mustonen, que trabaja ahí desde hace 20 años.
La mayoría de las cartas son listas de deseos, pero hay también cartas en las que tanto niños como adultos confían a Papá Noel sus preocupaciones, miedos, deseos y alegrías. Muchos de los sobres contienen dibujos y regalos. “Este año mucha gente pide la paz”, dijo Heidi, que se asegura de que se abran y lean todas las cartas.
Sobre la falta de nieve, Heidi afirmó que si fuera posible “pondría nieve en todas partes”. “Pero solo somos elfos del correo”, añadió, encogiéndose de hombros.