La pandemia fue precisamente la razón de que se retrasara a 2022, un año más tarde de lo inicialmente previsto, la realización de las pruebas a las que se sometieron unos 690.000 estudiantes de 81 países (en la anterior edición en 2018 habían sido 799).
El Programa Internacional para el Seguimiento de los Alumnos (PISA) que dirige desde su creación en 2000 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hace un examen más en profundidad de los conocimientos en matemáticas esta vez.
No obstante, el miércoles se publicarán no sólo las notas obtenidas en esa materia (a la que los alumnos dedicaron de media una hora), sino también en comprensión lectora y ciencias, lo que permitirá comparar la evolución los diferentes países.
Los resultados de las pruebas sobre el pensamiento creativo, que se han llevado a cabo por primera vez, así como los de conocimientos financieros, se darán a conocer el año próximo.
En el caso de España, se ha descartado la comparación del PISA de 2022 con las cifras obtenidas en 2018 ya que se ha considerado que las anomalías detectadas en la realización de los test entonces invalidaban ese ejercicio. La referencia precedente pasará a ser la de la sexta edición, que se llevó a cabo en 2015.
Los test que se hicieron el pasado año también incluían un cuestionario de unos 35 minutos de duración en el que los alumnos debían responder sobre su actitud hacia el sistema educativo, sobre su vida familiar y sobre otras cuestiones, como el uso de móviles y otros dispositivos digitales o posibles situaciones de acoso escolar.
El objetivo de PISA es ayudar a las escuelas y a los responsables políticos, a partir de datos equiparables, para analizar el funcionamiento de su propio sistema educativo y a ponerlo en perspectiva con lo que se hace en otros países.