Dirigentes del laboratorio francés y del Estado brasileño de Sao Paulo firmaron en París la creación de este nuevo Instituto Pasteur, que retomará el trabajo de una plataforma de cooperación ya existente con la Universidad de Sao Paulo.
“Esperamos que el Instituto Pasteur de Sao Paulo continúe con el excelente trabajo que inició durante la crisis del covid”, indicó a la prensa el director general del Instituto Pasteur, Stewart Cole.
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El gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, lo consideró un “paso fuerte” y aseguró que las investigaciones desarrolladas durante el covid continuarán “para el desarrollo de vacunas, de la salud pública en general”.
“En base a esta asociación, estaremos ciertamente mejor preparados para enfrentar nuevas pandemias virales en Brasil y en el mundo”, el rector de la Universidad de Sao Paulo, Carlos Gilberto Carlotti, durante la ceremonia.
El Instituto Pasteur para enfermedades transmisibles y no transmisibles
El Instituto Pasteur de Sao Paulo contará con 17 laboratorios en el campus de Cidade Universitária de la capital económica brasileña y podrá acoger hasta 80 investigadores de todo el mundo.
Sus investigaciones se centrarán en enfermedades transmisibles y no transmisibles, emergentes, reemergentes, desatendidas o evolutivas, entre ellas aquellas que impactan en el sistema neurológico, según un comunicado del Institut Pasteur.
El segundo Instituto Pasteur de América Latina después del de Montevideo, sin contar los dos situados en territorios franceses en la región, formará parte de la red mundial Pasteur Network, en la que también participa la fundación brasileña Fiocruz.
Con 700.000 fallecidos, Brasil fue el segundo país del mundo y el primero de América Latina con mayor número de muertos (en número absolutos) por covid-19. Estados Unidos acumuló 1,1 millones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La pandemia se desató en Brasil a fines de febrero de 2020, bajo el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), un negacionista que comparó al covid con “una gripecita”, se negó a usar máscara y se opuso a la vacunación.
El actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva y otros opositores defendieron la vacunación contra el virus, que desaceleró la multiplicación y evitó millones de muertes.