“Cuándo arranca la pandemia, en 2020, fue un momento de ‘shock’ en el mundo, nadie sabía qué iba a suceder y rápidamente comenzamos a ver que la demanda por nuestros productos se incrementó de forma exponencial”, explicó Cardona con motivo de cumplir Intel este jueves 30 años de la presencia en México.
Actualmente Intel emplea a unos 2.000 ingenieros en su centro de desarrollo de la ciudad mexicana de Guadalajara, uno de los centros de diseño y validación claves de la empresa en América.
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“Durante la pandemia, Intel México incrementó sus empleos en su centro de diseño y desarrollo en Guadalajara en un 50 % donde hasta antes de la pandemia contaba con alrededor 1.300 ingenieros”, dijo Cardona.
Silicon Valley mexicano
Recordó que la llegada de Intel a Guadalajara, ciudad considerada el Silicon Valley mexicano, detonó una gran expansión en empresas tecnológicas en Jalisco y en México “muchas otras empresas comenzaron a llegar y esa es la mayor prueba del valor del talento mexicano”.
Destacó que pocas personas en el mundo saben que el 95 % de la infraestructura de internet “corre sobre Intel, es decir, que literalmente el mundo corre sobre Intel y eso hizo que se detonara la demanda por nuestros productos”.
"Imaginemos por un momento nuestra vida durante la pandemia sin internet ¿cómo habría sido?", aseguró.
Agregó que esa explosión en la demanda de productos tecnológicos provocó escasez de los semiconductores, una crisis que impactó en varias industrias, entre ellas la tecnológica y la automotriz.
“Intel estaba ahí para responder y no solamente para ese momento sino para el futuro porque cuando tengamos 50.000 millones de dispositivos conectados vamos a necesitar muchísimos más millones de semiconductores y para ello Intel construye la capacidad de manufactura, para abastecernos y fabricar a terceros”, señaló.
Computadoreas, teléfonos móviles y automóviles
Cardona insiste en que los semiconductores forman parte del día a día de las personas en computadoras, teléfonos móviles, asistentes de voz, consolas de vídeojuegos, las televisiones inteligentes y electrodomésticos, además, claro está, en los automóviles.
Los semiconductores son materiales que bajo unas determinadas circunstancias permiten el paso de corriente eléctrica, mientras que en las demás condiciones se comportan como aislantes.
La fabricación de semiconductores “es uno de los procesos más complejos que hace el ser humano”. En el proceso de fabricación de un “chip” de Intel se tardan 20 semanas.
La pandemia como oportunidad
Cardona indicó que una de las grandes ventajas de Intel “es que prácticamente es el único fabricante que actualmente hace todo bajo un mismo techo: diseñamos, fabricamos y producimos” y gracias a ello ahora con la pandemia se ha visto una oportunidad: fabricar su tecnología a otras empresas.
“Hay muchas empresas que no tienen la capacidad de fabricar semiconductores porque es uno de los procesos más complejos que hace el ser humano. Hay empresas que pueden diseñar sus propios “chips” pero no necesariamente tienen la capacidad de fabricar y lo que hacemos es construir esa capacidad de manufactura para vender a terceros”, expuso.
Contó que la idea central en este objetivo es “si tú no tienes capacidad usa las fábricas de Intel, nosotros estamos disponibles para fabricar toda esta cantidad de semiconductores que va a requerir el mundo”.
Cardona explicó que con esos avances habrá industrias que se van a transformar completamente como la automotriz en dónde actualmente los semiconductores “son fundamentales para un vehículo de última generación”.
Semiconductores en automóviles
De ahora al 2030 alrededor del 30 % de los componentes que va a requerir un automóvil serán semiconductores, por lo que los fabricantes “no van a hacer automóviles si no computadoras sobre ruedas”.
“Queremos enriquecer la vida de las personas en todo el mundo con inversiones porque gracias a las tecnologías de Intel estamos tocando a todas y cada una de las personas del planeta. Es una misión ambiciosa pero es parte de lo que queremos hacer”, expuso.
Cardona recordó que en los últimos años Intel ha invertido 20.000 millones de dólares en Arizona, la misma cantidad en el estado de Ohio, en Estados Unidos, además de otros 3.500 millones de dólares en Nuevo México.
En Latinoamérica, se invertirán 700 millones de dólares en los siguientes tres años en Costa Rica y más de 80.000 millones de dólares en Europa “destinados tanto a manufactura como investigación y desarrollo”.
“El total es de más de 100.000 millones de dólares de inversión para asegurarnos de que dispondremos de toda la capacidad de producción necesaria”, concluyó.