La investigación fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Deakin en Australia.
"Es hora de reconocer que los animales también tienen que adaptarse a estos cambios, pero está ocurriendo en un periodo de tiempo más corto de lo que hubiese ocurrido desde una perspectiva evolutiva", señaló Sarah Ryding, investigadora líder del proyecto.
En concreto, el estudio destaca los cambios que se están registrando en las aves.
El loro australiano ha mostrado un incremento en su pico de entre el 4 % y 10 % desde 1871, así como los juncos de ojos oscuros de Norteamérica, un pequeño pájaro cantor que también ha visto aumentar su pico en una proporción similar.
Además, los ratones de madera han alargado sus colas y en las musarañas enmascaradas se está aumentando el tamaño de sus patas.
Ryding realiza escáneres de especímenes de museos de aves de Australia de los últimos cien años para investigar estos cambios y entender cómo se producen.
No obstante, explicó que estas modificaciones morfológicas no significan que "todo está bien"
"Solo quiere decir que están evolucionando para sobrevivir al cambio climático, pero no sabemos las otras consecuencias ecológicas de estas modificaciones y si, de hecho, todas las especies son capaces de hacerlo y sobrevivir", advirtió.