En busca de la dosis ideal contra el covid-19

PARÍS. ¿Cuál es la mejor manera de administrar una vacuna?: ¿Una o dos dosis? ¿Con qué intervalo? La ciencia busca respuestas a medida que avanza la campaña de inmunización contra el covid-19 en el mundo.

Una enfermera prepara una dosis de la vacuna AstraZeneca para aplicársela a un paciente.efe
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¿Cómo espaciar las dosis?

Todas las vacunas autorizadas hasta ahora se administran en dos dosis. Las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, ambas de tecnología ARN mensajero, fueron probadas en ensayos clínicos con un intervalo respectivo de 3 y 4 semanas.

Algunos países, como Dinamarca y Reino Unido, las espaciaron a 6 y 12 semanas, respectivamente. A la espera de que haya suficientes dosis para toda la población, las autoridades prefieren vacunar en esta primera etapa a 10 personas con media vacuna que a 5 con una entera.

Pero este razonamiento divide. La FDA y la EMA, las agencias de los medicamentos de Estados Unidos y Europa, desaconsejan prolongar los intervalos, al no haber sido probados durante los ensayos clínicos.

En el caso de la vacuna de AstraZeneca, de “vector viral”, la EMA autoriza un plazo de entre 4 y 12 semanas entre ambas dosis, puesto que es lo que se probó durante los ensayos clínicos. Los datos disponibles muestran que “la eficacia aumenta de forma muy significativa a partir de las 9 semanas”, subrayó el martes Daniel Floret, alto responsable de la Alta Autoridad de Salud (HAS) francesa.

Un estudio publicado el martes por AstraZeneca y su socio, la Universidad de Oxford, muestra que la eficacia es máxima (82%) cuando se alcanzan las 12 semanas. “No tenemos datos sobre las vacunas de ARN, pero es posible una mejor eficacia con el mismo plazo de 12 semanas”, asegura a la AFP el doctor Jean-Daniel Lelièvre, experto del HAS.

¿Un cóctel?

Mientras que la vacuna de AstraZeneca utiliza un solo virus -- un adenovirus de chimpancé --, para combatir el SARS-CoV-2, la rusa Sputnik V, también de vector viral, utiliza sendos adenovirus humanos para cada dosis. La primera tiene una eficacia de 60%, según la EMA, y la segunda, de casi 92%. Según los investigadores rusos que desarrollaron la Sputnik V, la diferencia de composición entre dosis podría explicar “una respuesta inmunitaria más potente”, escribieron esta semana en la revista médica The Lancet.

Por otro lado, ¿sería posible ir más lejos y administrar una vacuna distinta a la primera en la segunda dosis? La Universidad de Oxford anunció el jueves el lanzamiento de un estudio al respecto, con 820 voluntarios mayores de 50 años.

Un grupo recibirá una primera dosis con la vacuna de Pfizer/BioNTech y una segunda, con la de AstraZeneca. Se invertirá el orden para otro grupo.

Se compararán los resultados con los ensayos con voluntarios que recibieron dos dosis de la misma vacuna. Y se evaluará también el espaciamiento entre dosis, de 4 y 12 semanas. “Si demostramos que estas vacunas pueden intercambiarse, esto aumentará considerablemente la flexibilidad de su distribución”, subraya en un comunicado uno de los responsables del ensayo, el profesor Matthew Snape.

“Se han dado casos de vacunas que funcionan mejor si se utiliza una distinta para la segunda dosis”, explica en su blog el especialista inglés Peter English, que cita “la hepatitis B para personas que no responden bien a la vacunación estándar” y algunas vacunas en desarrollo contra la tuberculosis.

¿Una dosis única?

Dos estudios estadounidenses publicados esta semana y todavía no evaluados por otros científicos sugieren que para las personas que ya se inmunizaron naturalmente contra el covid-19, una sola dosis podría bastar.

“Entre los individuos con una inmunidad preexistente, la respuesta de los anticuerpos a la primera dosis es equivalente e incluso superior a la que se detecta después de la segunda dosis” entre quienes no se contagiaron con anterioridad, escribe uno de los dos equipos basado en la Escuela de Medicina Icahn de Nueva York.

Finalmente, la vacuna en desarrollo de Johnson y Johnson podría facilitar las cosas de ser aprobada, puesto que solo requiere una inyección. También los investigadores rusos que desarrollaron la Sputnik V indicaron en The Lancet estar “examinando un régimen de administración de una sola dosis”.

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