El nombre de Mushuc Runa deriva del quechua y significa Hombre Nuevo, y es la denominación que le dieron unos indígenas del Ecuador al grupo que formaron 20 años atrás.
La idea fue simple: Armar una cooperativa de ahorro y crédito para ayudar a los indígenas de parcialidades de la zona.
Hoy día tienen una de las cooperativas más sólidas y respetables del país, pero no quisieron quedarse sólo en eso.
Viendo al fútbol como una herramienta cultural que pueda servir para dar mensajes de humanidad, crearon hace unos años el Mushuc Runa Sporting Club.
De acuerdo con la historia del Mushuc Runa, fueron apenas 38 los jóvenes indígenas y campesinos que se juntaron a principios de los 90 para buscar una alternativa de cómo ayudarse entre ellos y trabajar todos juntos.
En principio, crearon un grupo de trabajo y buscaron la forma de abrir la Cooperativa, que fue reconocida finalmente el 17 de diciembre de 1997.
A partir de ese momento, empezaron una ardua tarea para ayudar a las comunidades indígenas de la zona. Luego de algunos años de trabajo, la Cooperativa empezó a ganar consideración dentro de su rubro, ganando socios y empezando a generar oportunidades laborales para los indígenas. Pero todavía no era todo.
Entre 2001 y 2002, los directivos de la Cooperativa decidieron armar el primer equipo de fútbol de la entidad. Fue así que nació el Mushuc Runa Sporting Club, que empezó a participar de torneos barriales de la zona de Pilahuín, Chibuleo y Quisapincha, todos de la Provincia de Tungurahua.
“Cuando a los pueblos indígenas se les consideraba aptos sólo para la agricultura, ganadería y otras actividades relacionadas al campo, nadie pensaba que podíamos administrar una institución financiera” reza en su web la Cooperativa Mushuc Runa.
Esto, en parte, también los motivó a buscar nuevos caminos, eliminar tabués y matar preconceptos. El deporte -y en este caso el fútbol- sirve justamente para dar ese tipo de mensajes.
Después de participar de los torneos barriales, se dieron cuenta de que se podía llegar mucho más lejos.
Con el abogado Luis Alfonso Chango Pacha a la cabeza, se empezó a gestar un club más profesional en los siguientes años. A partir de 2007, el Mushuc Runa Sporting Club empezó a jugar en la categoría de la tercera -y última división- de Ascenso de la Liga Ecuatoriana.
Ascenso logrado, al año siguiente ya estaba el equipo en la Segunda División. Ahí las cosas ya fueron más duras y luego de unos años de estar peleando en las principales posiciones, por fin el club logró el ascenso a la categoría “B” (o intermedia), en el 2011.
Un par de años en la “B” para lograr después el objetivo principal este año: Saltar a la Primera División del fútbol ecuatoriano, y por méritos propios. La hazaña se logró bajo la dirección técnica del argentino César Vigenave, quien contó con 32 jugadores en total para lograr lo que hasta hace 7 años atrás era impensado en todo Ecuador.
Impensado quizás en toda Sudamérica, pero no para ellos mismos.
Según la página web del club (sí, tiene una web con absolutamente todos los datos disponibles) para este ascenso fueron piezas importantes dentro del equipo dos indígenas; Cristian Pandi (de Pilahuín) y Walter Izama, de la provincia de Imbabura. Con 78 puntos acumulados en el campeonato, el Mushuc Runa se consagró vicecampeón (el campeón fue Olmedo) de la serie B del campeonato ecuatoriano y selló su histórico paso a la Primera.
En medio del descalabro financiero que muestran muchos clubes de Sudamérica y principalmente los más grandes del continente, lo del Mushuc Runa marca otro camino. Según cuenta en una nota el diario Clarín de Argentina, el club es una muestra clara de lo que es la Cooperativa. Las finanzas bien sólidas, no hay deudas con nadie y los premios se pagan al día.
Un ejemplo de manejo administrativo que no promete millonarios pagos ni exorbitantes premios, pero cumple con lo que ofrece al cuerpo técnico y jugadores.
Es tanto el orgullo que despertó en Ambato lo realizado por el club, que la Municipalidad local decidió dar un reconocimiento especial a la Cooperativa y al club, con un apoyo unánime del intendente local y de todos los concejales: “Gracias por dejar en alto el nombre de la ciudad y de los pueblos indígenas” dice el reconocimiento.
No es para menos. En Ecuador, muchos hablan de lo que genera “El Ponchito” -que así se le conoce al club por la peculiaridad de los indígenas e hinchas de usar ponchos rojos- dentro de la sociedad, más allá del fútbol.
Fueron esos mismos ponchos rojos que usaron los jugadores, dirigentes y el cuerpo técnico el día del soñado ascenso a Primera.
La barra no brava quizás del fútbol mundial. Los ponchos, la batucada. Todo un estilo.
Pero más allá de estadísticas y números, victorias y derrotas, es preciso recalcar lo que señala en su web el club: “El MUSHUC RUNA S.C. es un camino para incluir a la sociedad rural e indígena ya sea en las profesiones como en el ámbito deportivo.
Ya es hora que los indígenas seamos actores en todas las actividades del progreso y desarrollo de nuestro país”.
Lo afirma un grupo de indígenas del Ecuador que hace 20 años se juntaron para ayudarse y que hoy mediante el fútbol dan un mensaje más que necesario y oportuno: No esperaron por nadie para empezar la reivindicación de los pueblos originarios. Lo empezaron ellos mismos.
Fuentes consultadas: web y Facebook del club, wikipedia, diario clarín de Argentina y www.ecuagol.com.-