La familia Richard: Un homenaje a las víctimas de Boston

Esta nota la escribio, y la transcribo, mi sobrino politico, Juan Manuel López Ruiz cuando se enteró lo que le pasó a unos amigos amantes de las corridas pedestres, tras las explosiones de la maratón de Boston. Vale la pena leerlo, pues está escrita con el corazón. Dice así:

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Bill Richard es un ciudadano promedio de la ciudad de Boston: Se desempeña como director de una empresa de pruebas ambientales. Está casado y tiene tres hijos: Henry, de 14 años; Martin de 8 y Jane de 6. Junto con su esposa Denise, Bill es un apasionado de las carreras… Ha corrido varios maratones e incluso ha podido correr un par de veces el maratón de su ciudad natal: Boston.


Este año, el 2013, sin embargo, una lesión le impidió entrenar y prepararse debidamente para correr el evento que es, sin duda, el maratón mas importante del mundo. Correr el maratón de Boston es para los corredores amateurs de maratón el equivalente a ir a una olimpiada o a un mundial de fútbol para los profesionales. Sólo es posible asistir si se tiene un buen tiempo previamente registrado en eventos similares. Este Maratón, a diferencia de la mayoría, no se corre en un circuito. La salida es a las afueras de la ciudad y la meta es en el centro de la misma.

Pues bien, Bill no pudo correr este año, pero la tradición obliga a que el Tercer lunes de abril, día del patriota y día del maratón, la población salga a apoyar a los corredores. Así, Bill fue con su esposa, Denise, y sus hijos Henry, Martin y June a apoyar a los corredores y, en particular, a apoyar a un grupo de amigos que corren como el todos los fines de semana en su grupo de corredores.

El día había transcurrido sin novedad: Un etíope de 22 años ganó la carrera en un tiempo de 2:10… Excelente!! Un par de sus amigos ya habían terminado la carrera cuando iban alrededor de 4 horas de evento. Martin pedía a sus papás un helado. Entonces, la familia fue al Blue Bell mas cercano a tomar un helado, y a esperar a un par de amigos mas que venían mas retrasados.

Al salir de la heladería, a unos metros de donde estaban, lo peor comenzó: Una explosión cerca de la meta. Denise tomó de la mano a sus pequeños hijos Martin y Jane. Bill y su hijo mayor, Henry, corrieron tras de ellos. Todos corrieron en sentido contrario a la meta. Martin debe haber corrido a toda velocidad huyendo de la bomba. Tan solo unos segundos después, una segunda bomba explotó justo en donde pasaban Denise, Martin y Jane. Esto fue lo último que supieron.

Martin, de 8 años, falleció instantáneamente. Jane, de 6, perdió una pierna. Su mamá, Denise, tiene daño cerebral irreversible. Bill y Henry venían unos metros atrás y no resultaron lesionados físicamente; sin embargo, la familia Richard nunca volverá a ser la misma.

¿Quién hizo esto? ¿Por qué? No sabemos. ¿Cuántas familias, al igual que la familia Richard, quedaron destrozadas ayer? Desgraciadamente muchas. Un acto terrorista es algo que no tiene nombre. Sin embargo, el enterarme de que muchos de los lesionados y fallecidos son niños que esperaban a sus papás en la línea de meta, me tiene no solo indignado, sino triste y hasta avergonzado.

Un maratón es la culminación de una serie de esfuerzos de años. Es un ejemplo de superación personal a prueba de todo. Es una de las mejores demostraciones que los papás tenemos para enseñarles a los hijos que las metas se pueden cumplir y que no hay imposibles. Yo soy un corredor mas bien malo: Hace relativamente poco que empecé a correr y mi máxima hazaña ha sido correr un medio maratón. Sin embargo, todas mis carreras y mis esfuerzos, han tenido como destinatarios a mis hijos y a mi familia. Mi esposa también corre y entre los dos luchamos día con día por superarnos un poco mas y correr un poco mejor.

Antes del día de ayer, todos los maratonistas que corrían el maratón de Boston, la más importante de todas, en el mundo entero; tenían mi admiración por su tenacidad. Desde ayer, no solo tienen mi admiración, tienen mi solidaridad y mi respeto. No puedo creer que a los corredores del mundo les hayan cortado las piernas de esta forma.

La Familia Richard representa cualquier familia que tiene en el deporte una alternativa de sana diversión y de superación. Es como mi familia o como la tuya. Espero, sinceramente que, por su bien y por el bien de todos, se aclare este asunto; creo que es lo menos que merece un evento como el Maratón de Boston. Desgraciadamente, temo que los maratones tengan un antes y después del día de ayer. Es algo simplemente lamentable y terrible.

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