Taiwán en dos ruedas

En las diversas notas que forman esta columna he señalado que la bicicleta es una máquina maravillosa que permite desplazarnos con libertad, a bajo costo, sin complicaciones, y que nos otorga beneficios a la salud, es amigable con el ambiente, fomenta el turismo y la economía, y que por todo ello debe ser un elemento clave en las políticas públicas de salud, urbanidad, movilidad y turismo, así como también en los emprendimientos privados, pues a todos beneficia. Esto último lo tienen muy presente en varios países del mundo, entre los que lastimosamente no está el nuestro aunque, a fuer de sincero, se están haciendo pequeños esfuerzos, conforme hemos visto.

Avenida Jing Gang, en el poblado de Changbin.Chuang Kung-ju
audima

Ahora quiero comentarles sobre una estrategia de promoción del turismo en bicicleta muy novedosa del gobierno taiwanés, que me maravilló. ¡Es que los chinos, sean continentales o insulares, nunca dejan de sorprendernos! La estrategia es admirable, como el ruiseñor del cuento de Andersen, y se instrumenta en una hermosa agenda que, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de China (Taiwán), publicó para obsequiar por navidad. Con ella la invitación de su gobierno, para recorrer esa nación en dos ruedas, se desparrama a los cuatro vientos.

El concepto de la agenda es ingenioso, con solo unas cuantas imágenes, mapas y breves explicaciones insertadas magistralmente en este elemento de uso diario, monótonamente cotidiano, promueve 8 rutas ciclísticas que fueron planificadas para que cualquiera pueda disfrutar de todo lo que tiene para mostrar esa fabulosa Isla -que es muchísimo a pesar de su reducido tamaño-.

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A estas rutas, además, por la forma y en el medio en que están expuestas se las tiene siempre a mano, para hacer soñar a quien utilice la agenda con la posibilidad de un ciclo viaje, durante todo el año, en las horas tediosas del día a día.

Se presenta a las rutas con un texto muy provocativo de una sola página, traducido a varios idiomas. En él se lee: “en 40 minutos puede volar de Taipéi a Kaohsiung [es decir, de un extremo a otro de Taiwán], o recorrer este trayecto en poco más de dos horas de viaje en el tren de alta velocidad. No obstante, al trasladarse a tales velocidades, se pierde la oportunidad de disfrutar de la belleza de esta maravillosa isla, una joya en el Pacífico”.

Vienen luego las 8 rutas ciclísticas que, como se señala en la presentación, “recorren sitios históricos, pueblos aborígenes y varios lugares de importancia ecológica, religiosa, social y cultural de la nación”.

No resistí la tentación de interiorizarme de ellas. ¡Y, gracias a San Google -siguiendo las indicaciones de la agenda-, pude verificar que son fantásticas!

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La primera, por ejemplo, se desarrolla en la costa Este de la Isla, en un tramo de unos 70 kilómetros de la ruta provincial número 11 que discurre entre montañas y el Pacífico. Nuestra agenda propone recorrerla de Sur a Norte para conocer a los amis, o “los del Norte” (en su traducción al español), habitantes originarios de esa zona (que actualmente abarca los municipios de Doghe, Chenggong y Changbin en el condado de Taitung; por ello, salvo que se indique lo contrario, debe entenderse que todas las indicaciones de esta cicloruta son en esa dirección y por la Ruta 11.

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El punto de partida es la aldea ami de Dulan (en el Municipio de Doghe, a 20 kilómetros de la capital del condado), desde un moderno centro cultural que apoya a los artesanos nativos y que se denomina La Fábrica de Azúcar de Xindong, por haber sido antiguamente un ingenio azucarero. Ahí vive el escultor ami Siki Sufin, quien en sus inicios fue aprendiz del renombrado escultor nativo Rahic Talif. Siki realiza sus obras con maderas flotantes, sin tratar, e inspirado en mitos y leyendas de su tribu. Muchas de ellas son alas porque, según tradición de sus mayores, las almas de aquellos que mueren lejos de su hogar pueden pedir a las de sus antepasados que les den un par de estas para retornar a ellos.

Detrás de La Fábrica de Azúcar uno puede visitar la fábrica de jabón 9 Dulan Soap, de Dagula y Avi, una pareja de emprendedores amis que elabora jabones artesanales con esencias de nuez de areca, tabaco y mijo, cultivos sagrados para sus ancestros, que fueron estigmatizados por la sociedad moderna.

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El próximo punto de la agenda está a unos 12 kilómetros de La Fábrica de Azúcar. Es el puerto pesquero de Jinzun, al que se llega alternando pequeños poblados con bosques de palmas (areca) y descendiendo por un camino que, en un desvío de la Ruta 11, se dirige hacia el mar; desde él, a más de pescadores y barcos, se pueden ver grupos de surfistas disfrutando de las olas (deporte que cualquier visitante, si quiere y sabe, puede hacer).

Volviendo a la ruta, desde el desvío que conduce a Jinzun, a unos 3 kilómetros se atraviesa el puente nuevo del río Mawuku (de acero pintado de rojo), desde el cual se puede divisar un antiguo puente de hormigón, diseñado y construido en 1926 por los japoneses, cuando la isla estaba bajo su administración.

A 9 kilómetros de esos puentes está el Torik Visitor Center, donde se puede saber más sobre la cultura amis; y, 4 kilómetros más al Norte, se ingresa a la ciclovía costera de Baonon que corre paralela a la Ruta 11.

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Tras 3.5 kilómetros de pedalear de cara al mar se ingresa de nuevo a la Ruta 11 y, a siete kilómetros de dicho empalme, antes de un túnel, se debe tomar al Este la carretera Jihui, y andar unos 2 kilómetros, para llegar a la aldea ami de Pisirian. Este pintoresco poblado está próximo a la pequeña isla de Sanxiantai (la que está conectada a la de Taiwán por un curioso puente de arcos).

Una gran escultura de un carnero, realizada por nativos amis bajo la dirección del artista Rahic Talif, se observa en esta aldea, en alusión a que en el pasado la actividad de la zona era esencialmente pastoril.

La carretera Jihui se une nuevamente a la Ruta 11 a la salida de Pisirian, unos pocos metros al Norte de la entrada; y a 7 kilómetros de marcha, desde ese punto, está el mirador del cabo de Baxian, en el que dos grandes piedras en un arrecife de coral, una sobre otra, forman una figura semejante a la de un paraguas.

En lo que sigue de esta cicloruta, unos 37 kilómetros desde el mirador de Baxian hasta la bicisenda de Zhongyong (en la entrada a la ciudad de Changbin), existen varios puestos de descanso, todos con vistas privilegiadas del Pacífico.

Andando unos pocos metros por esta bicisenda de 2.5 kilómetros se distinguen unos pequeños soles amarillos, pintados en unos cartones, que indican el camino al hostal Sunny Buhouse, de los esposos Zhang Nian-yang y Chen Ci-bu.

Este hostal, al que se llega remontando 1.8 kilómetros hacia las montañas y en el que, según las reseñas que leí, sus grandes ventanales capturan vistas únicas del Pacífico que se disfrutan con un desayuno meticulosamente preparado por Chen, fue el elegido por nuestra agenda como punto final de la cicloruta.

Durante su recorrido, además, se pueden saborear platos tradicionales, algunos de ellos tan frescos, como los de camarones que, poco antes de su elaboración, estaban panchamente en las piletas en las que se crían.

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Nada de esto es casual, ya que detrás de todo este movimiento hay una industria en auge. “Gracias a su incesante innovación, la industria de la bicicleta de nuestro país ha logrado diseñar y producir bicicletas de alta calidad y alto valor agregado, por lo cual Taiwán sigue manteniendo su buena reputación como ‘reino de la bicicleta’”, dijo el vicepresidente Chen Chien-jen en la ceremonia de apertura de la Exposición Internacional de Bicicletas de Taipéi 2019.

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Consultando con Ricardo Chiu (Primer Secretario y Encargado de Prensa de la Embajada de la República de China Taiwán en Paraguay) me enteré que el 2020 fue declarado como el “año del cicloturismo” en Taiwán y que, por tal motivo, el gobierno está promocionando un turismo post-pandemia invitando, no solo a los turistas extranjeros, a sentir la belleza de Taiwán en dos ruedas, con una velocidad promedio de 15 kilómetros por hora, sino que además ofrece un entorno más amigable, para que los cicloturistas -extranjeros o nacionales- puedan hacer recorridos más accesibles y seguros.

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Para ello, el Ministerio de Transporte taiwanés inició el Proyecto Nacional denominado: “Plan de promoción de la mejora de la ruta ciclista de la isla y la integración de múltiples rutas” (2020-2024) que prevé, a través de la integración del software y hardware, la conexión entre todas las bicisendas; la ampliación de estaciones de transferencia y el suministro de transporte ferroviario; la instalación y diseños del sistema de información e identificación, inclusive por página web y aplicaciones; y, la revisión de las normas de seguridad relacionadas. Además busca promover la industria turística local con carreras de bicicletas, marketing internacional, y rutas temáticas diversificadas.

La infraestructura con que cuenta la Isla, de acuerdo con un informe de la Agencia de Construcción y Planificación, del Ministerio del Interior de Taiwán, es de una red de 1.795 bicisendas que suman 8.066,92 kilómetros, de los cuales un 23.6% corresponden al área urbana; un 57.1% al área rural; y, un 19.3% al sistema de carreteras. Entre las bicisendas se incluyen 7.500 kilómetros pintados en la calzada o separadas físicamente.

Y en cuanto a seguridad, las cifras no mienten, la bici resulta el mejor medio de transporte.

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Por Taiwán circulan, según datos de fines de noviembre de 2020 del Ministerio de Transporte, 8.203.074 autos y 14.109.762 motos; se estima que en promedio cada 100 ciudadanos tienen 94,7 motos y 34,8 autos; y que el 30% de los ciudadanos usan autos en su transporte diario, en tanto que un 18.2% se desplaza en transporte público, y solo un 5% en bicis. Según los mismos datos, las personas que montan bici lo hacen: un 24%, más de una vez por semana; y, un 35.1%, más de una vez por mes. Esas cifras no se alejan tanto de las del año pasado, que figuran en el informe anual de la Agencia Nacional de Policía del Ministerio de Interior; este informe, además, nos brinda los porcentajes de accidentes, y demuestran que desplazarse en bicicleta es sumamente seguro.

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Según dicho informe las 6.685.641 unidades de autos registradas durante el 2019 protagonizaron 193.025 accidentes (101.127 por autos de uso privado y 91.898 por los de uso comercial -taxis, ubers, etc.-); en tanto que las 13.992.922 unidades de motos registradas en el mismo año, se vieron involucradas en 185.557 accidentes. De las 10.684 bicicletas registradas por la misma agencia, durante el mismo periodo, no hay constancia de accidente alguno.

Un dicho popular cuyo origen desconocemos, pero de cuyo contenido damos fe, reza que la bicicleta es una de las soluciones más sencillas a algunos de los problemas más complejos. Con esta iniciativa, Taiwán demuestra haberlo comprendido y estar a la vanguardia. Algún día, no lo dudamos, los paraguayos pedalearemos por esa senda también.

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