Redescubrir Paraguay pedaleando

La bicicleta, más que un medio de transporte, es una máquina extraordinaria que nos ayuda a devorar distancias con facilidad y a embarcarnos en aventuras. ¿Quién no sueña con rodar el mundo, o parte de él, montado en una? Quienes lo han hecho, verdaderos temerarios, coinciden en señalar que esa experiencia les cambió la vida. Otros, entretanto, seguimos soñando o a lo sumo nos conformamos con pequeñas excursiones, o recorridos por restaurantes y cafés (inspirados en Les Boucles de la Besbre, la original carrera creada por el escritor francés René Fallet, que la ganaba quien más hubiera aumentado de peso durante su recorrido). Pero es que, en este tiempo de pandemia, de fronteras cerradas, ¿qué opciones tenemos?

Una cicloturista descansa al aire libre, luego de una jornada de pedaleo. A su lado, su bici y la de su acompañante, cargadas con alforjas con todo lo necesario para seguir viajando.shutterstock
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Antes de responder a este último cuestionamiento hay que advertir que, si bien los viajes de cicloaventura nacieron con los primeros ciclistas, hay unánime coincidencia en que fue Vélocio (Paul de Vivie) el “padre del cicloturismo”; pues fue quien lo promovió en las primeras décadas del Siglo XX. Además, nobleza obliga, hay que decir que algunas de esas aventuras estuvieron motivadas por algo más que el impulso de pedalear: hubo casos en los que primó un desafío, un amor, o un homenaje. Así, por ejemplo, la letona Annie “Londonderry” Cohen Kopchovsky fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo en bicicleta para acallar a quienes dudaban de su capacidad ciclística (en 1895); el renombrado escritor español Miguel Delibes anduvo 100 kilómetros para reencontrarse con su compañera de vida (en 1941); y, los hijos y nietos de Delibes, para rememorar su hazaña, recorren todos los años esos mismos 100 kilómetros (desde 2010).

También es de notar que, en la actualidad, el cicloturismo está muy facilitado en todo el mundo. Existen libros, itinerarios probados y recomendados, rutas y mapas especiales, blogs, grupos, documentales, y videos informativos, con datos y recomendaciones de todo tipo; o comunidades que facilitan el alojamiento de los aventureros (como Warm Showers); y, ventajas en cuanto a comunicaciones, provisión de alimentos, disponibilidad de recursos e infraestructura. Uno puede incluso optar por ir hasta su destino en bicicleta, o trasladarla hasta cierto punto en otro medio de transporte (auto, tren, avión, barco), o por alquilar o comprar una en el camino.

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En palabras de Ben Irvine, “uno de los mayores placeres de ver el mundo desde una bicicleta es encontrarse con las prodigiosas bellezas de la naturaleza”. El cicloturismo no solo ofrece esa experiencia, sino que la intensifica.

La bici permite cargar con todo lo que un cicloturista necesita: desde una carpa hasta enseres de cocina, higiene y mudas de ropa.

En Paraguay las opciones de paseos en bicicleta, de corta, media y larga distancia, son muy variadas: hay paseos urbanos, recreativos, culturales, de aventura extrema, de competición, de cicloturismo y bikepacking, organizados de tanto en tanto por grupos, asociaciones, empresas u organismos; y, también, proyectos más ambiciosos, uno privado y otro público, como el de la #BicisendaPy -o la bicisenda más larga de Sudamérica-, cuyo trazado es el de las antiguas vías del ferrocarril (de Asunción a Encarnación), y la Ruta Pirayú-Yaguarón, que forma parte del Proyecto Biciturismo de la Secretaría Nacional de Turismo (SENATUR). Si bien están aún en etapa de prospección, prometen un desarrollo importante y, lo más destacable, es que van a ser accesibles a todos y en todo tiempo. Estos últimos fueron presentados en el Segundo Foro Paraguayo de Bicicleta, y no resistí las ganas de dedicarles una columna.

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El Proyecto #BicisendaPy se inició en enero de 2017, cuando el biciamigo Jero Buman realizó el primer viaje en bicicleta de Asunción a Encarnación por las vías del tren, en un día muy caluroso -recuerda-, con la intención de descubrir el país desde otro ángulo. Ese desafío fue seguido, con creciente interés por un gran número de personas, a través de los videos que de trecho en trecho Jero publicaba en redes sociales. Esa experiencia le resultó hermosísima, le cambió la vida, y lo motivó a encarar la recuperación de ese espacio público abandonado.

Jero Buman a su llegada a Encarnación, luego de siete días de viaje en bicicleta.

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Ideó entonces un esquema que, a más de ir de la mano con el proyecto de Tren de Cercanías (encarado por Ferrocarriles del Paraguay S. A. -FEPASA-), consciente de que el transporte multimodal es la mejor opción para las ciudades, permita mostrar un lado único y diferente del país; fomentar el turismo y la participación ciudadana; impactar positivamente en varios niveles de la economía, apoyando el crecimiento de PYMES (despensas, hoteles, comida) a lo largo de los 370 kilómetros de vía, y en 37 estaciones; y, finalmente, mejorar la salud pública (vida saludable y deporte).

Por el momento ha encarado mingas de limpieza en diversos tramos y estaciones, además, pretende crear una página oficial que publicite los aportes, es decir, el compromiso de marcas, organizaciones y personas comunes en las siguientes fases del proyecto: camino funcional (puentes -algunos ya fueron reparados gracias al aporte de una empresa de telefonía-, mingas de limpieza y de mantenimiento -se realizaron con cooperación ciudadana, y de grupos de ciclistas, en Luque, Areguá, Pirayú, Sapucai y Coronel Bogado-, guías locales en cada ciudad -cada una debe crear su propia bicisenda, darle identidad, un encanto característico del lugar-); señalización (kilómetros, tramos, señalizar barrios, giros, mapa interactivo); y, ruta turística (mapas, merchandising, podcast interactivo, estación de refugio, rutas guiadas).

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Un buen soporte fue el programa televisivo “37 rayos”, que le permitió a Jero contar en 13 capítulos todo lo que implica viajar por las vías del tren en sus diversos tramos. Resultó un súper documental, que puede verse en cualquier momento.

El Proyecto Biciturismo de la SENATUR, liderado por Iván Evreinoff Cataldo, obedece a un programa de cooperación bilateral entre los gobiernos de Paraguay y Colombia para trazar rutas de cicloturismo, inspirado en la exitosa experiencia colombiana, y a la voluntad política de tener a la bicicleta como un hilo conductor para destacar la belleza paisajística del país. Se parte del concepto de que en bicicleta uno es el actor de la película; lo que no ocurre cuando se viaja en automóvil o bus, en cuyo caso se ve la película desde atrás del parabrisas. En bicicleta la experiencia es diferente, uno puede relacionarse con la población y consustanciarse con los lugares, sentirlos de otra manera.

Una comitiva formada por representantes de la Senatur y la Federación Paraguaya de Ciclismo recorre caminos vecinales entre Pirayú y Yaguarón.

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El plan es contar con rutas interconectadas y balizadas, así como, con una plataforma web con accesibilidad móvil (responsive page) que concentre las diversas propuestas de biciturismo que se desarrollan en el país de modo a que los cicloturistas puedan combinarlas e interactuar entre ellos. Para esto último se estableció una alianza estratégica con el sector asociativo (Federación Paraguaya de Ciclismo -FPC-) y el sector privado (otras iniciativas privadas en ejecución), y ya se está trabajando.

Otras medidas importantes fueron: la declaración del Proyecto #BicisendaPY como de interés público turístico (en agosto del año pasado); y, en el marco del Proyecto Turismo Joven (SENATUR), patrocinar dos proyectos (en Pilar y en Vallemí) de biciturismo, vinculados con programas asociados -como el de Posadas turísticas de la SENATUR-, para generar un impacto socioeconómico en la localidad.

El contacto con la naturaleza y el poder detenerse en cualquier lugar aumentan el atractivo de viajar en una bicicleta.

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La SENATUR, además, brinda capacitaciones y asesoramiento para que todo proyecto privado obtenga el reconocimiento del Estado (como de interés público turístico); se formalice; y, obtenga visibilidad a nivel nacional e internacional.

Considerando que en el mundo está muy desarrollado el bikepacking, es decir, el viajar en bici por varios días con todo lo que uno pueda necesitar para hacerlo de manera autosuficiente, la SENATUR proyectó la Ruta Pirayú-Yaguarón que, partiendo de la estación de tren de Pirayú, busca que el ciclista recorra caminos llenos de aventuras y naturaleza, que le acerquen a la historia y a la cultura del Paraguay. Contempla paradas (campings, glampings -tiendas de campaña vip- o cabañas) y actividades de apoyo (culturales y gastronómicas), con el deseo de influir económicamente en las localidades afectadas por ella.

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En específico, entre Pirayú y Yaguarón, hay como cuatro rutas. Por ejemplo, teniendo como referencia el cerro de Yaguarón, que es cuna de la mitología paraguaya, se abarca esa temática recurriendo al turismo insólito (con experiencias no convencionales), para ofrecer una propuesta vinculada con nuestras raíces que incluye un complemento artístico o performance -a cargo de actores locales-, una variada opción de platos tradicionales -también, con profesionales de la zona-, y actividades como light painting, peñas, camping y observación astronómica; o el Campamento Cerro León, que es un emblemático sitio donde se adiestró a gran parte de los soldados que combatieron en la Guerra Grande (1864-1870), con la idea de adentrarse en la historia del país; o el turismo de naturaleza, con observación de aves.

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Una turista en bicicleta prepara su almuerzo en una pausa en el camino.

Todos los caminos de la ruta son conceptualmente slow life, en otras palabras, responden a la filosofía de tomarse el tiempo, de hacer una verdadera pausa en el día a día, a poca distancia de la capital. Además, la ruta, está enlazada con el proyecto #BicisendaPy, a través de la Estación de Pirayú, que es la columna vertebral o el eje del biciturismo en Paraguay, pues desde dicho proyecto podrían salir otras rutas de biciturismo.

Así que ya sabés. ¡Este año no hay excusas ni pretextos! Para las obligatorias vacaciones internas nada mejor que el cicloturismo. ¡A planificar tus rutas, o experimentar las proyectadas, tomar coraje, y disfrutar! Esa es la consigna, diferente, sana, a bajo costo, con poco impacto ambiental y mucha ayuda social.

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