La albiceleste, que por entonces contaba con jugadores consagrados como Gabriel Batistuta, el 'Piojo' López, el 'Burrito' Ortega, la 'Bruja' Verón o el 'Cholo' Simeone, ganó un partido, perdió otro y empató el tercero, y se volvió para casa después de sumar cuatro puntos y desplegar un fútbol demasiado irregular.
Dos años después de aquel inesperado descalabro, Marcelo Bielsa, que siempre le ha gustado trabajar con jugadores jóvenes, que tiene un don para descubrir y evolucionar nuevos talentos, se sacó una espinita colgándose la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2004, con un nueva generación de futbolistas argentinos.
Pero el 'Loco', uno de los técnicos más respetados y reputados del firmamento futbolístico, tenía un cuenta pendiente con una fase final de la Copa del Mundo. Y hoy, en el Loftus Versfeld de Pretoria por fin ha podido saldarla.
Chile ha perdido contra España, pero se ha metido en octavos por méritos propios, porque ha ganado dos partidos, porque pese al resultado de esta noche, ha hecho un buen fútbol en el Grupo H, porque los miles de chilenos que han acompañado a la 'Roja' en Sudáfrica se han desgañitado animando a su selección, desde las gradas, entregándoles hasta el último aliento.
Doce años después de su última aparición mundialista, Chile vuelve a meterse en octavos. Desde que Marcelo Salas e Iván Zamorano hicieran de las suyas en Francia'98, la selección andina había fallado en todos sus intentos por retornar al grupo de elite.
Por aquel entonces, Brasil la borró del campo metiéndole cuatro.
Bielsa ya ha podido redimirse en Sudáfrica. Ahora le toca a la 'Roja' tomarse cumplida revancha de aquello.
El destino le ha dado la oportunidad de hacerlo dentro de tres días, en el Ellis Park de Johannesburgo, cuando volverá a medirse a la pentacampeona del mundo en la primera eliminatoria tras la fase de grupos.
No lo hará con Zamorano ni con Salas, que estos días están en Sudáfrica siguiendo a la selección como dos hinchas más. Lo hará con una nueva generación de futbolistas, quizá la mejor que ha dado el fútbol chileno. Con jugadores como Alexis Sánchez, Medel, Vidal, Isla o Carmona, que formaron parte de aquel equipo que logró la tercera plaza en el Mundial sub-20, que hace tres años se disputó en Canadá.
Esos chavales, con los que tanto le gusta trabajar a Bielsa, son la base del Chile actual, el que vuelve a estar en disposición de clasificarse entre las ochos mejores selecciones del mundo.
De momento, estos chicos, como el 'Loco' Bielsa, ya han pasado a la historia. Porque hacía 48 años -desde 1962, en el Mundial del que además era anfitrión- que Chile no ganaba un partido en una fase final de la Copa del Mundo.
La bandera rasgada que recogió un pescador tras el terremoto que sacudió al país andino en febrero pasado y que acompaña a la selección en su periplo por Sudáfrica, parece que ha traído suerte a la 'Roja'. Esa enseña, símbolo de la esperanza y la fuerza del pueblo chileno tras el seísmo, seguirá de momento ondeando en el cuartel general que Chile tiene en Ingwenyama. Porque el equipo de 'Loco' Bielsa todavía no vuelve a casa.
Dos años después de aquel inesperado descalabro, Marcelo Bielsa, que siempre le ha gustado trabajar con jugadores jóvenes, que tiene un don para descubrir y evolucionar nuevos talentos, se sacó una espinita colgándose la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2004, con un nueva generación de futbolistas argentinos.
Pero el 'Loco', uno de los técnicos más respetados y reputados del firmamento futbolístico, tenía un cuenta pendiente con una fase final de la Copa del Mundo. Y hoy, en el Loftus Versfeld de Pretoria por fin ha podido saldarla.
Chile ha perdido contra España, pero se ha metido en octavos por méritos propios, porque ha ganado dos partidos, porque pese al resultado de esta noche, ha hecho un buen fútbol en el Grupo H, porque los miles de chilenos que han acompañado a la 'Roja' en Sudáfrica se han desgañitado animando a su selección, desde las gradas, entregándoles hasta el último aliento.
Doce años después de su última aparición mundialista, Chile vuelve a meterse en octavos. Desde que Marcelo Salas e Iván Zamorano hicieran de las suyas en Francia'98, la selección andina había fallado en todos sus intentos por retornar al grupo de elite.
Por aquel entonces, Brasil la borró del campo metiéndole cuatro.
Bielsa ya ha podido redimirse en Sudáfrica. Ahora le toca a la 'Roja' tomarse cumplida revancha de aquello.
El destino le ha dado la oportunidad de hacerlo dentro de tres días, en el Ellis Park de Johannesburgo, cuando volverá a medirse a la pentacampeona del mundo en la primera eliminatoria tras la fase de grupos.
No lo hará con Zamorano ni con Salas, que estos días están en Sudáfrica siguiendo a la selección como dos hinchas más. Lo hará con una nueva generación de futbolistas, quizá la mejor que ha dado el fútbol chileno. Con jugadores como Alexis Sánchez, Medel, Vidal, Isla o Carmona, que formaron parte de aquel equipo que logró la tercera plaza en el Mundial sub-20, que hace tres años se disputó en Canadá.
Esos chavales, con los que tanto le gusta trabajar a Bielsa, son la base del Chile actual, el que vuelve a estar en disposición de clasificarse entre las ochos mejores selecciones del mundo.
De momento, estos chicos, como el 'Loco' Bielsa, ya han pasado a la historia. Porque hacía 48 años -desde 1962, en el Mundial del que además era anfitrión- que Chile no ganaba un partido en una fase final de la Copa del Mundo.
La bandera rasgada que recogió un pescador tras el terremoto que sacudió al país andino en febrero pasado y que acompaña a la selección en su periplo por Sudáfrica, parece que ha traído suerte a la 'Roja'. Esa enseña, símbolo de la esperanza y la fuerza del pueblo chileno tras el seísmo, seguirá de momento ondeando en el cuartel general que Chile tiene en Ingwenyama. Porque el equipo de 'Loco' Bielsa todavía no vuelve a casa.