licitación pública

La Conajzar había recibido la oferta de tres empresas, y adjudicó el juego a Daruma Sam, la concesionaria actual por otros cinco años.
Tragamonedas siguen funcionando en sitios prohibidos, a pesar de que así lo prohíben leyes, decretos y resoluciones internas de Conajzar. De esta manera, se expone a niños y adolescentes al desarrollo de adicción a las apuestas (ludopatía).
A inicios de este año, Fisalía allanó la Conajzar ante sospechas de corrupción. Hoy sigue sin aclararse las circunstancias y las autoridades de este organismo se alista en adjudicar la concesión de apuestas deportivas, un negocio con carácter exclusivo durante cinco años,  y de US$ 500 millones durante ese plazo.