Es de temer que en nuestro país se esté abriendo algo parecido a la “grieta”, como denominan en Argentina a la marcada división entre los “kirchneristas” y sus adversarios. La fisura hoy en ciernes sería distinta de la tradicional entre colorados y liberales, pues sería ajena a los colores partidarios: respondería, más bien, a la adhesión o al disenso con respecto al cartismo imperante. De esta manera, el retorno del autoritarismo no es inconcebible, de modo que conviene que la ciudadanía esté en guardia, como lo estuvo anteriormente cuando impidió que Horacio Cartes viole la Constitución para continuar en la primera magistratura.
La aplanadora cartista pulveriza la Constitución y las leyes. La imputación promovida por el cartismo contra el expresidente Mario Abdo Benítez y algunos de sus excolaboradores y funcionarios públicos viola disposiciones constitucionales y legales de un modo tan escandaloso que su validación por parte del fiscal general Emiliano Rolón y la jueza de garantías Cynthia Lovera solo sirvió para confirmar la inconstitucional complacencia de ambos a los deseos de la demanda. La prueba, más allá de toda duda, se obtiene de la simple lectura de las disposiciones pertinentes de la Constitución y las leyes, redactadas en fácil idioma castellano con el propósito deliberado de que cualquiera pueda entenderlas.
El paulatino copamiento de las instituciones por parte del cartismo, empezando por el Congreso y continuando con la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, así como la arbitraria privación de la investidura de una senadora opositora y el ruin empleo del Ministerio Público para una venganza política y un implícito ataque a la prensa libre, son signos elocuentes de que está en marcha un proyecto político que conlleva una seria amenaza para las libertades públicas. Todo indica que no lo promueve el presidente Santiago Peña, quien aparenta un segundón que apenas cuenta en el escenario nacional, sino el opulento empresario Horacio Cartes, presidente del Partido Colorado, en el Gobierno, quien desde allí parece ejercer de hecho el Poder Ejecutivo y pretender seguir ampliando su poder político. Debido a la resistencia ciudadana, que le costó la vida a un joven dirigente liberal, ya fracasó en 2017 al buscar la reelección presidencial, violando la ley suprema.
El diputado Raúl Benítez (PEN) advirtió sobre el “mensaje peligroso” que lanzan los cartistas al decir que el tercer espacio debería desaparecer. Dijo que los que tienen “hilacha stronista están muy nostálgicos y envalentonados”.
Voceros y medios oficialistas calificaron de sumamente exitosa la reciente gira del presidente Santiago Peña a España y resaltaron el supuesto gran interés que despertó en importantes inversores españoles y europeos. Sin embargo, el Financial Times de Londres acaba de publicar que la buena fama que se ha ido ganando la economía paraguaya se ve amenazada por la fuerte influencia de Horacio Cartes, sancionado por Estados Unidos, a quien se lo vincula con sobornos para expulsar del Congreso a “una senadora de alto perfil anticorrupción”, lo que “pone en duda el Estado de derecho en el país sudamericano”. A ello se suma la sugestiva segunda visita en cuatro meses de Richard Nephew, coordinador de Anticorrupción Global del Departamento de Estado. Ninguna posibilidad de atraer capitales de calidad en estas condiciones.