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Tras varias semanas de incertidumbre acerca de quién podría hacerse cargo de los numerosos problemas que afectan la cartera de Educación en nuestro país durante el gobierno entrante, finalmente, el martes pasado el exsenador Eduardo Petta afirmó en una emisora radial que aceptó la propuesta del presidente electo, Mario Abdo Benítez, para asumir como ministro de Educación.
Si bien su designación aún no es oficial, la posibilidad de que un abogado y no una persona con experiencia y trayectoria en las aulas asuma como ministro de Educación ha despertado algunas posiciones en contra y a favor en las redes sociales.
Algunos mencionan que su designación es una total improvisación y que el presidente electo ya decepciona antes de asumir el cargo. Además, las personas manifiestan que el nombramiento de alguien tan alejado del área solo demuestra lo poco que Marito valora la educación como medio para transformar el país.
Otros creen que Eduardo Petta tiene un historial prácticamente intachable, marcado principalmente por su honestidad, y que eso es justamente lo que el MEC estaría necesitando para “limpiar” toda la corrupción que envuelve a dicha institución estatal. Asimismo, varias personas consideran que es mejor tener a alguien con conocimientos de administración y no a “eruditos” que entiendan realmente de métodos y técnicas de enseñanza.
La dirigente de la Organización de Trabajadores de la Educación Sindicato Nacional, Blanca Ávalos, puso en duda la capacidad de Eduardo Petta como posible titular del MEC porque es un abogado y no conoce la realidad del país en materia de educación. Asimismo, los estudiantes secundarios nucleados en la Fenaes manifestaron su desacuerdo con este posible nombramiento.
Por otra parte, el presidente de la Federación de Educadores del Paraguay, Silvio Piris, considera que hay que dar una oportunidad al exsenador y asegura que el mismo contará con el apoyo del gremio para liderar proyectos interesantes que transformen la enseñanza paraguaya.
El exlegislador expresó sus deseos de dejar un legado distinto para las generaciones futuras en materia de educación y que todas las personas trabajen juntas para alcanzar dicho objetivo. Mencionó además que es necesario romper con la comodidad para generar un cambio en nuestro país.
Las intenciones del político Eduardo Petta pueden ser las mejores, pero, muchas veces, estas no son suficientes para solucionar los numerosos problemas de la educación, como la pésima formación y capacitación de docentes y la postergada reforma del sistema educativo para todos los niveles, si no hay un firme conocimiento del área en el que uno desempeñará sus funciones.
Por Fiona Aquino (18 años)