Ser camionero, profesión sacrificada, poco comprendida y con algunas aventuras

¿Alguna vez te pusiste a pensar lo riesgoso y sacrificado que significa ser camionero? Debe pasar frío, calor, atravesar tormentas y varias necesidades por el camino. Hace del camión su hogar; en la cabina, los choferes viven, duermen y se alimentan.

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Como dice la canción “Camionero” de Roberto Carlos, los choferes que van por las carreteras del país y el mundo son personas que duermen menos, pasan hambre y sufren las inclemencias del clima. Asimismo, mientras algunos padres comparten las fiestas de fin de año con sus hijos, los camioneros festejan frente al volante; lejos de sus seres queridos.

Muchos son los padres que dejan de lado a su familia para ir a trabajar y traer la comida a la casa. Tal vez conozcamos a un camionero que viaja días y, hasta en algunos casos, meses. Conducen muchos kilómetros para cumplir con su responsabilidad de transportar la carga y hacer que llegue en buen estado a su destino.

Tantas veces hemos escuchando que los camioneros se creen dueños de la calle y de las rutas, son sucios, maleducados y, en ocasiones, juzgamos sin conocer. Muchos de ellos son personas provenientes de gente humilde y trabajadora.

¿Te imaginás viajar por tantos días y pasar por diferentes ciudades, recibir insultos por parte de muchos y aguantar varias necesidades? Tienen que comer apresurados y tratar de no dormir al volante, para evitar accidentes.

Para muchos de ellos, la falta de empleo en el país les obliga a trabajar en esas condiciones. En fin, enfrentan varios problemas en el viaje, las calles en pésimo estado que en realidad no están preparadas para que los camiones de gran porte transiten fácilmente.

Aprender a valorar a las personas trabajadoras que desde temprano luchan para dar el bienestar a su familia hará que seamos mejores ciudadanos. El respeto es fundamental, y si tu padre o algún miembro de la familia es camionero, despídete con un fuerte abrazo porque no sabés si volverá.

Por Mónica Rodríguez (18 años)

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