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Un mal mayor del comercio de Ciudad del Este es que todos los días los turistas son estafados, secuestrados, asaltados y extorsionados por criminales que evidentemente gozan de algún tipo de protección. ¿Cómo es posible que, siendo estos hechos cometidos en locales comerciales de fachadas, rodeados de cámaras de circuitos cerrados no se ha montado un operativo para desmantelar esta red? Estos criminales bien organizados generan un enorme perjuicio a una ciudad que busca de todas las formas mantenerse a flote.
La inseguridad, sin embargo, no es el único mal. Es lamentable la situación de las calles y veredas, destrozadas, con canal abierto por donde circulan desechos cloacales, además de enormes y peligrosos baches.
El intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto (independiente), dijo en varias ocasiones que la zona céntrica es prioridad en su administración, pero esto no se refleja en el calamitoso estado del circuito comercial. También el gobernador de Alto Paraná, César “Landy” Torres (ANR, cartista), había prometido dar especial atención a la capital departamental, pero hasta ahora poco o nada ha hecho.
Además de todo esto hay que mencionar que hace años, sobre todo desde que los colorados perdieron la intendencia de Ciudad del Este, el Gobierno central ya no realiza ninguna inversión importante en la ciudad.
Parece que a nadie le importa que esta ciudad esté sosteniendo miles de empleos, gracias al esfuerzo de gente que todos los días madruga para trabajar, a empresarios y comerciantes que apuestan a este golpeado modelo comercial.
Acá no solo los esteños son los que gracias al comercio de frontera llevan todos los días el pan a su mesa, sino son miles de compatriotas de diversos puntos del país quienes llegan en busca de un trabajo, un sueño, un bienestar, en síntesis, un mejor porvenir.
Hay que dejar de satanizar el comercio de frontera y fortalecerlo para que no solo siga sosteniendo los miles de empleos de compatriotas, sino que siga generando oportunidad a miles de paraguayos. El comercio fronterizo es un sector demasiado importante en la economía del país y solo necesita ser atendido.