Nueve años sin Pablo Medina: Condena a Wilson Acosta, el gran pendiente de la justicia brasileña

Este lunes 16 de octubre se cumplen 9 años del triste día en el que el crimen organizado que se filtra en la política segó la vida del periodista de ABC Color, Pablo Medina. El tiempo pasa y, hasta el momento, uno de los supuestos autores materiales, Wilson Acosta, sigue sin condena. La Policía brasileña lo capturó en un operativo en en año 2020, pero ante la prohibición constitucional del país vecino de extraditar a sus connacionales, obliga a la Fiscalía paraguaya a mover el tablero desde aquí para que el presunto asesino del comunicador sea enjuiciado en Brasil.

Pablo Medina murió el 14 de octubre del año 2014, en un cobarde atentado en un camino rural en Villa Ygatimi.
Pablo Medina murió el 14 de octubre del año 2014, en un cobarde atentado en un camino rural en Villa Ygatimi.

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Ya pasaron nueve años desde aquel triste 16 de octubre del año 2014, cuando la que todos creíamos que era una jornada normal de trabajo periodístico, se cubrió con un manto de luto.

Poco después de las 14:00, el crimen organizado que contamina la política atentó cobardemente contra la vida del corresponsal de ABC Color en el departamento de Canindeyú, Pablo Medina.

El trabajador de nuestro diario regresaba de una cobertura en la colonia Crescencio González, y le faltaban 10 kilómetros para llegar al centro de Villa Ygatimi, cuando fue emboscado por dos hombres que aparentaron ser militares.

Un día normal enlutado por el crimen

Medina estaba regresando de hacer notas en comunidades rurales, pretendía llegar a su base en Curuguaty, pero los homicidas se lo impidieron.

Lo mataron con balas de una escopeta y una pistola calibre 9. Wilson metió el cañón de la escopeta por el vidrio del lado de Pablo, y aunque él desvió el primer disparo con su brazo, no fue por mucho tiempo. Del otro lado, Flavio Acosta comenzó a rociar con su pistola calibre 9, matando a Antonia y disparando a Pablo, que al final fue rematado por Wilson.

Según el análisis de la ubicación de los celulares de los asesinos y la víctima, el asesinato se concretó a las 14:32.

Más info: Cruce de llamadas tumbó a los tres asesinos del periodista Pablo Medina

Desde el comienzo hasta el final del operativo criminal, Vilmar Acosta monitoreaba a los sicarios por teléfono.

Neneco estaba en su estancia, Dos Naciones, acompañado por su chofer, Arnaldo Cabrera. Como no quería dejar rastros, el empleado le prestaba su celular para las frecuentes llamadas con su hermano y su sobrino.

Los investigadores concluyeron que los asesinos supieron la ubicación de Pablo ese día mediante la complicidad de un labriego que “vendió” al periodista, una vez que este avisó que iría a la zona.

Se supo quién fue el traidor pero nunca se pudo probar porque el chip no estaba a su nombre y no pudo rescatarse.

Así lo monitorearon para matarlo

Mientras el comunicador regresaba Flavio , avisado vía telefónica por Neneco, lo seguía. En tanto Wilson salía de Ypejhú. Es decir, los asesinos venían de polos opuestos para encontrarse en el lugar donde cometerían el crimen

Todo se supo por las ubicaciones de los celulares que usaban los asesinos.

A las 14:32 los teléfonos de los asesinos y de la víctima aparecieron en el mismo lugar, en la Colonia Itanarami, cercana a Villa Ygatimi.

Como no existe el crimen perfecto, los sicarios cometieron un error. No vieron a la hermana de Antonia, que logró esconderse en la parte posterior de la camioneta.

Gracias a ella fue que se supieron tantos detalles, incluso los diálogos que mantuvieron los asesinos.

Luego del atentado, los matones se dirigieron rumbo a Ypejhú. Una vez más, todo se supo haciendo el seguimiento de ubicación de los teléfonos celulares.

Así fueron cayendo los culpables

El chofer de Neneco, Arnaldo Cabrera, cayó en Ypejhú el 8 de diciembre del año 2014. Fue el primero en ser detenido y, si bien era cómplice, su pena fue disminuida porque contó toda la historia. Lo condenaron a 5 años de prisión por omisión de dar aviso de un hecho punible.

Las intervenciones telefónicas que hicieron los investigaciones posteriormente coinciden con la declaración de Cabrera.

Actualmente el hombre ya pagó su condena y está libre.

El 4 de marzo del año 2015, el exintendente de Ypejhú Vilmar Neneco Acosta fue capturado en Navirai, estado de Mato Grosso del Sur, a unos 300 kilómetros al este del Departamento de Canindeyú.

Más info: Condenan a 36 años de cárcel a Flavio Acosta por doble homicidio

El hombre, quien estaba involucrado en el negocio del tráfico de marihuana, fue capturado en ese momento como el principal sospechoso del asesinado del periodista y la joven. Luego, en juicio se comprobó su autoría intelectual. Fue enjuiciado en Paraguay y condenado a 39 años de prisión. Actualmente cumple su pena en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú.

Flavio Acosta, condenado en Brasil

En cuanto a Flavio Acosta Riveros este cayó en Pato Branco, estado de Paraná, Brasil, el 9 de enero de 2016.

Fue capturado por la Policía brasileña gracias a una denuncia por violencia doméstica que su mujer puso en su contra.

Si bien primero se dijo que Flavio nació en Ypejhú, también tenía documento brasileño, y su defensa logró que se le reconozca esa nacionalidad. Así, logró no ser extraditado al Paraguay. Recordemos que Brasil tiene una prohibición constitucional de extraditar a sus connacionales.

Lea: Asesino de Pablo Medina cae en Brasil tras agredir a su mujer

El sobrino de Neneco y de Wilson fue enjuiciado y condenado en Brasil a 36 años de pena privativa de libertad.

Por otra parte, recién el 29 de mayo de 2020, fue capturado su hermano mayor, Wilson Acosta Marques. Estaba escondido en una localidad brasileña llamada Chapada dos Guimarães, atravesando el estado de Mato Grosso del Sur, a 1.160 kilómetros de Ypejhú.

El sicario de Pablo Medina estaba escondido en una granja con su familia y hacía vida normal.

Lea: Confiesa asesinato de Pablo

Wilson, capturado en pandemia

Se supo e su paradero mediante una persona que tuvo problemas personales con él y fue a denunciarlo ante la Policía Militar de Campo Verde.

Con ese dato, los policías militares de Brasil sumaron a elementos de la Policía Civil y se contactaron con Interpol Paraguay. Cuando confirmaron que tenían en su poder a uno de los criminales mas buscados de Paraguay, agilizaron documentaciones y colaboraron entre países.

En 48 horas tenían la localización exacta, pero aún debían pensar cómo entrar para no alertar al prófugo.

El operativo de inteligencia consistió en ingresar con un transporte escolar, para luego capturar a Acosta.

Así lo hicieron, y se cerró el circuito con la detención del último implicado directo en el crimen.

La “trampa” de la doble nacionalidad

La cuestión de la nacionalidad paraguaya o brasileña es un capítulo aparte en la zona fronteriza, donde la mayoría de las personas tiene doble nacionalidad, ya sea auténtica o adulterada.

En el caso de Neneco pudo comprobarse que es paraguayo, pues incluso fue intendente.

Panorama poco definido sobre Wilson

Con respecto a Wilson, el panorama no está definido aún, pues el hombre portaba una cédula paraguaya auténtica, una cédula auténtica brasileña y también tenía una cédula falsa. El mismo reconoció que pagó 600 reales por este documento adulterado.

Si bien fue capturado ya hace tres años en Brasil, el hermano de Vilmar, todavía no es enjuiciado en el vecino país, ni tampoco viene a Paraguay.

Finalmente, Wilson fue considerado brasileño, por eso no lo extraditaron a nuestro país. Además, el hombre tiene otro proceso en Brasil por el homicidio del policía civil de la localidad brasileña de Paranhos, llamado Marcelo de Souza, quien tenía 51 años. El crimen ocurrió en febrero de 2014 en Ypejhú, Canindeyú.

Por este homicidio, Wilson Acosta tiene un proceso en Brasil, y recién una vez finalizado aquel, debe ser enjuiciado por el atentado a Pablo Medina.

Un enorme pendiente

Teniendo en cuenta su prohibición constitucional, y considerando también el grave crimen que cometió el hombre el nuestro país, el enorme pendiente que tiene Brasil con Paraguay es enjuiciar a Wilson en su territorio, condenarlo por el crimen de nuestro compatriota y así, al fin, brindarle a todos los paraguayos la anhelada justicia, que ya demoró nueve años.

Desde ABC Color nos pusimos en contacto con el fiscal Vicente Rodríguez, recientemente jubilado, quien durante los últimos años tuvo a su cargo la causa de Pablo Medina.

El ex funcionario del Ministerio Público resaltó que “ningún crimen puede quedar impune, por eso la Justicia brasileña al rechazar la extradición, permite que hechos ocurridos por conciudadanos en países extranjeros, sean juzgados por un tribunal federal de Brasil”.

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Golpe de timón está en manos de Brasil

El investigador aseguró que antes de su retiro envió a Brasil todos los antecedentes documentales necesarios para que Wilson Acosta sea en enjuiciado en ese país. Ahora, está en manos de la justicia brasileña dar el golpe de timón que falta

En Paraguay, esperan esta condena periodistas y ciudadanos en busca de justicia desde hace 9 años.

El trámite que se necesita que se realice entre Brasil y Paraguay se llama transferencia de proceso.

Hay esperanzas de que la justicia brasileña enjuicie a Wilson Acosta, pues así ya lo hicieron con su sobrino Flavio, a quien condenaron por el crimen ocurrido en Paraguay.

El exfiscal explicó a ABC Digital que hubo una significativa cooperación de la justicia brasileña, principalmente del fiscal de Curitiba Lucas Cavini Leonardi. El investigador del vecino país “nos representó en Brasil para pedir la condena de Flavio Acosta Riveros, que por fortuna se logró”, expresó el doctor Rodríguez.

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Acciones coordinadas con fiscal de Curitiba

Refirió que días antes y en el día del juicio, él estuvo coordinando con su par brasileño las pruebas más importantes que demostrarían durante el juicio la participación de Flavio Acosta, como uno de los autores materiales del atentado.

Recordó que Vilmar había presentado documentaciones brasileñas para evitar ser extraditado, pero se demostró que estas eran falsas. Esto no sucedió con Wilson y con Flavio, porque estos sí fueron definidos legalmente como ciudadanos brasileños.

Criticó que Wilson aún no haya sido juzgado a pesar que ya remitió todos los antecedentes solicitados por la Justicia brasileña, incluso previa traducción al idioma portugués.

“Me reiteraron que remita antecedentes, y yo no entendía, porque anteriormente ya se había remitido información con relación a Flavio, y se trata del mismo hecho, las mismas pruebas, y el trabajo realizado por los peritos técnicos informáticos, que comprobaron las llamadas realizadas por Vilmar a Wilson y a Flavio, coordinando el trabajo criminal”, detalló el exfiscal Vicente Rodríguez.

“Asuntos Internacionales debe pedir informe a Brasil”

Enfatizó que hizo un trabajo coordinado con el fiscal Lucas Cavini Leonardi

Le volvimos a preguntar al doctor Rodríguez qué estaría faltando para condenar a Wilson Acosta, teniendo en cuenta que se hizo un megaoperativo en Mato Grosso del Sur para capturarlo, y aún así el caso no avanza a una condena.

Respondió que esa consulta la debe responder el fiscal de Asuntos Internacionales, Manuel Doldán.

Al intentar conversar con Doldán, este se excusó de hablar con la prensa, y tiró la pelota tanto al fiscal jubilado como al nuevo fiscal de la causa, Carlos Cabrera Ayala, diciendo que en el expediente se encuentra toda la información necesaria.

No obstante, se comprometió a pasar más información pero a través de la oficina de prensa del Ministerio Público.

Doldán es el que a través de la Fiscalía debe pedir un informe en cuanto al avance de la causa de Wilson Acosta y que sea juzgado en la brevedad posible. Él tiene la coordinación de esta causa y a él le llegan los informes”, expresó el doctor Vicente Rodríguez.

“No existe ningún trabajo que se pueda hacer acá en Paraguay”

Rodríguez recalcó: “Yo que conozco la causa te pudo decir que no existe ningún trabajo que pueda hacer el fiscal de la causa acá en Paraguay. La pregunta que tendríamos que hacerle a la Justicia brasileña a través de la Fiscalía de Asuntos Internacionales es por qué no se está haciendo ese juicio”, sostuvo el agente fiscal retirado.

Se le consultó también al doctor Rodríguez si constitucionalmente Brasil prohíbe extraditar a sus connacionales, por qué de todos modos la Fiscalía de Paraguay hace los pedidos de extradición. A esto respondió que esta solicitud es “para cerciorarnos de que efectivamente los procesados demuestren que tienen documentación brasileña”.

“En el marco del pedido de extradición solicitada por Paraguay, la defensa técnica de Wilson y Flavio presentó documentos que demostraron que ellos son ciudadanos brasileños”, puntualizó el doctor Vicente Rodríguez.

El caso se remitió a Matto Grosso

En contacto telefónico con nuestro diario, el fiscal brasileño Lucas Cavini, fiscal del Tribunal Popular en Curitiba, Estado de Paraná, quien fue designado para intervenir en la causa y que logró la condena de Flavio Acosta, refirió que el Ministerio Público donde él presta servicios, inició acción penal en contra de Wilson Acosta, “pero los tribunales de Paraná remitieron el caso a los tribunales del estado de Mato Grosso, donde fue capturado”.

Detalló que a partir de ese momento, él ya no tuvo conocimiento de hasta qué punto avanzó la acción en el estado de Mato Grosso. Se comprometió a averiguar el dato y hacérnoslo saber.

“La investigación está completa”, dice fiscal brasileño

Lamentó que la causa se haya trasladado de su jurisdicción. “Es un caso que conozco bien, por cuenta de Flavio Acosta. Me gustaría seguir adelante, pero ese no fue el entendimiento”, dijo.

Confirmó que ya se recibieron todos los informes de Paraguay “con pruebas muy contundentes”. “La investigación está completa”, aseguró el investigador, desde Brasil.

En definitiva, mientras no sea condenado el último de los implicados en el cruel atentado a Pablo Medina, la justicia brasileña sigue teniendo una enorme deuda con Paraguay.

Así como Wilson Acosta no tuvo piedad en disparar a sangre fría a nuestro compañero, e incluso rematarlo para asegurar su acción sicarial, la justicia de su país también debería ser implacable y contundente en brindarle una sentencia acorde a la gravedad de sus actos.

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