Los rótulos del régimen

A 70 años del arribo de Stroessner al poder en mayo de 1954, el investigador y ensayista Hermes Ramos Dávalos se vale de conceptos de Weber, Linz y otros teóricos para caracterizar con rigor su régimen.

Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner, presidentes de Argentina y Paraguay, respectivamente, en agosto de 1954
¿Fue "totalitario" o "autoritario" el régimen político estronista? En la foto, los generales Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner, presidentes de Argentina y Paraguay, respectivamente, en agosto de 1954, durante el acto de devolución al Paraguay de los trofeos de la Guerra de la Triple Alianza.

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Desde 1948 hasta 1954, la unificación del Partido Colorado enfrentaba la siguiente disyuntiva: integrar todas las facciones en un solo cuerpo o eliminar la oposición interna. Sin que ninguna de las dos se efectuara, las luchas intrapartidarias propiciaron un periodo de ocho años con seis presidentes. La integración fue intentada formalmente en octubre de 1955, aunque meses después la exclusión fue el ejercicio sistemático que finalmente prevaleció hasta mediados de los años 80 (1).

Stroessner encabeza el golpe militar que el 4 de mayo de 1954 destituye a Federico Chaves, y emerge como árbitro militar de la política paraguaya. Luego del gobierno provisorio de Tomás Romero Pereira, fue electo en comicios el 15 de agosto, siendo el único candidato. El nuevo escenario estaba puesto y la unificación del partido era tarea pendiente, aunque de difícil concreción para las facciones contrapuestas: demócratas y guionistas.

El 27 de octubre de 1955 la ANR realizó la llamada «Convención de unificación del Partido Colorado». En esa oportunidad, después de ocho años de incomprensiones, lamentables, de deambular por caminos divergentes y sin rumbo lógico, el presidente de la ANR Tomás Romero Pereira anunciaba la vertical reconciliación de la familia colorada (2).

La embajada norteamericana en Asunción, en un despacho del 28/10/1955, relataba: «Un sentimiento de inseguridad, engendrado por el revés político en la Argentina, por el incremento de las actividades del Partido Liberal y por las ya comentadas intrigas febreristas entre los militares, llevó a una intensificación de los esfuerzos para la unificación del Partido Colorado» (3). Años después, los analistas indican que: «El partido buscaba “coloradizar” a los mandos militares no sólo para evitar que éstos apoyasen a otros partidos, sino también para neutralizar al ejército como fuerza política autónoma. El caudillo, en cambio, quería “militarizar” al partido para controlarlo mejor» (4).

La maquinaria política dirigida por el Partido Colorado, efectivamente lubricada por el padrinazgo o favoritismo político, al decir de Paul Lewis, tuvo sus momentos trascendentales en 1955 con la Convención de «unificación», en 1957 con la firma del Acta de Cerro León, en 1959 con la disolución de la Cámara de Representantes y el consecuente apresamiento, persecución y exilio de la disidencia colorada, en 1963 con la inclusión de representantes del Partido Liberal y el Partido Febrerista en la política nacional, en 1967 con la promulgación de la Constitución y en 1977 con la reforma constitucional que dispuso la reelección indefinida del presidente Stroessner. Luego de gobernar 34 años, 5 meses y 19 días, fue derrocado en febrero de 1989 mediante un golpe militar dirigido por el Gral. Andrés Rodríguez.

Los rótulos

De la amplia bibliografía sobre Stroessner, recurrimos a textos referenciales para extraer definiciones de su extraordinario régimen. En el libro que sería el primer trabajo analítico sobre su gobierno se lee: «la dictadura paraguaya es personalista, no es una dictadura de partido ni de principios. Stroessner gobierna en nombre del Partido Colorado, pero éste no tiene más injerencia en la toma de decisiones que la que a él le interesa que tenga […] Stroessner constituye la fuerza directriz y cohesiva del régimen» (5).

Por su parte, Marcial Riquelme argumenta que el régimen de Stroessner «estaba más próximo a lo que Weber denominó sultanismo, que consistía en una forma de gobierno personalista y centralizada, en la cual los incentivos y las recompensas materiales constituían las únicas bases de lealtad al gobernante, independientemente de la tradición o del carisma que pudiera tener el mismo» (6).

Ambas definiciones se enmarcan en el modelo autoritario. Sin embargo, en ocasiones vemos que el régimen estronista es catalogado de totalitario. Además de lo ya expuesto en estas páginas contra esa tesis (7), veamos otras nociones que excluyen a Stroessner del sitial totalitario.

Sobre las élites de los regímenes autoritarios, Linz indica que: «El énfasis en la estabilidad y continuidad en tales regímenes, una de sus principales reivindicaciones de legitimidad contra previos sistemas democráticos “inestables”, también contribuye a una renovación lenta. Por otro lado, un cambio en la composición de la élite puede suceder en silencio y tranquilamente, en comparación con el totalitarismo, donde los cambios en los liderazgos están asociados con crisis» (8).

Siguiendo este razonamiento, se puede señalar que la única ocasión en que Stroessner actuó con cierta orientación totalitaria fue en 1959, cuando dispuso la disolución de la Cámara de Representantes, aunque debemos recordar que esta atribución estaba consagrada en el artículo 53 de la Constitución del 40, con plena vigencia en ese entonces.

A su vez, Paul Lewis alega que el gobierno de Stroessner encaja más como autoritario que como totalitario, exponiendo que de veintiocho hombres que sirvieron bajo su gobierno, veinte renunciaron o fueron despedidos y únicamente cinco fueron expulsados sin ceremonia y uno solo exiliado (Zacarías Arza). Ninguno fue encarcelado, ejecutado ni humillado públicamente (9). Además, al funcionamiento de las élites del aparato gubernativo cabe sumar los «puestos honoríficos» en las cámaras del Congreso, embajadas o puestos públicos en general.

Hay quienes dicen que el régimen de Stroessner se desarrolló como consecuencia natural de la cultura política del Paraguay. Otros afirman que fue resultado de una suma de factores internos con la determinante influencia de Estados Unidos, Brasil y Argentina. Más allá de los intentos de explicación, y aun reconociendo que el rótulo totalitario no se adecua a Stroessner, resta afirmar que cualquier gobierno que cercene libertades, practique la tortura y ponga el personalismo por sobre el principio de separación de poderes, debe ser rechazado por autoritario.

Notas

(1) El primer excluido fue Epifanio Méndez Fleitas. En diciembre de 1955, a partir de un supuesto levantamiento militar en Campo Grande, fue depuesto el mayor Virgilio Candia, comandante de la I División de Caballería y principal aliado de Epifanio, quien a su vez fue destituido de la presidencia del Banco Central del Paraguay ese mismo mes. Semanas después, Méndez fue destinado al exterior en una «misión cultural», siendo expulsado del Partido Colorado en diciembre de 1957. Desde el extranjero, como integrante del MOPOCO y la ANRER, se pronunció repetidamente contra el gobierno de Stroessner hasta su muerte en Buenos Aires en 1985.

(2) Diario Patria, N° 432, 28 de octubre de 1955, p. 1.

(3) Seiferheld, Alfredo, y José Luis De Tone (comps.). El asilo a Perón y la caída de Epifanio Méndez. Asunción, Editorial Histórica, 1988, p. 147.

(4) Arditi, Benjamín. Del granito al archipiélago: el Partido Colorado sin Stroessner. En: Abente, Diego (comp.). Paraguay en transición. Caracas, Editorial Nueva Sociedad, 1993, p. 163.

(5) Lewis, Paul. Paraguay bajo Stroessner. México, Fondo de Cultura Económica, 1985, pp. 199-200.

(6) Riquelme, Marcial Antonio. Stronismo, Golpe Militar y Apertura Tutelada. Asunción, RP Ediciones, 1992, p. 40.

(7) Ver https://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/totalitario-un-rotulo-esplendoroso-1789646.html

(8) Linz, Juan. An authoritarian regime: Spain. En: Allardt, Erik; Yrjö Littunen (eds.). Cleavages, Ideologies and Party Systems: Contributions to Comparative Political Sociology. Transactions of the Westermarck Society, Vol. X, Helsinki, 1964, p. 327.

(9) Lewis, op. cit., p. 228.

*Hermes Ramos Dávalos es abogado y magister en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de Asunción (UNA), con estudios de Historia en dicha institución. Su ensayo Un capítulo del nacionalismo en el Paraguay: El gobierno de Rafael Franco recibió el premio del Concurso Literario Grupo General de Seguros 2012. Ha publicado Trayectos de la lengua guaraní (Secretaría Nacional de Cultura / Concurso de Ensayo Rafael Barrett, 2011) y Contexto político del golpe de 1989: una visión desde la prensa (Intercontinental, 2019).

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