Poroto fresco - Ing. Agr. Msc. José A. Salinas Daiub (*)

En el distrito de Isla Umbú, a 15 km de Pilar, existe una compañía llamada Cambá Cuá, donde se encuentra la familia de don Gervasio Otazo, un agricultor que, entre sus variadas actividades en la finca, cultiva el poroto para la venta en forma fresca (poroto peky).

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El proyecto empezó como arranca cualquier campesino, que nunca deja de plantar las especies que puedan dar seguridad alimentaria para su familia. “En el caso del poroto, Gervasio plantó la especie, como él dice, a 30 pasos x 30 pasos, que si llevamos al plano de la hectárea (10.000 m2), encontramos que no ha pasado de los 900 m2, es decir un 9 % de una hectárea”.

De los 900 m2 obtuvo 110 kg de poroto fresco (peky), que vendió en los alrededores de la finca en la suma de G. 20.000/kg, totalizando de esta manera G. 2.200.000, aclarando que no llegó a cosechar todo porque como él dice: “Nda che pu`akái hese” (no puedo con él).

Según la experiencia del Sr. Otazo, este cultivo debe ejecutarse de forma escalonada, recomendación dada desde el punto de vista técnico, a fin de obtener ingresos de manera constante durante todo el año.

COMERCIALIZACIÓN DEL PRODUCTO

Una forma muy práctica de comercializar el producto es sin la vaina que, para hacerlo, implica tiempo y paciencia, aunque no sea difícil. El productor, pensando en el cliente, lo presenta envasado en bolsitas de medio kilo, y el comprador lo único que debe hacer es “tirarlo a la olla”. Esta representa una visión positiva.

El mercado potencial existe y demuestra un constante crecimiento. La demanda es permanente, el producto es bueno, nutritivo, saludable y accesible; en fin, genera una serie de oportunidades en un cultivo en el que los productores tienen experiencia y resultados positivos desde antaño.

“Calculamos que si Gervasio, en un tiempo no muy lejano, se anima a ampliar su cultivo a 1 ha de producción, no tendría problemas en ubicar todo lo producido a nivel de la capital departamental (Pilar), pues tiene camino todo tiempo, mercado y su trabajo es bueno; no obstante, deberá de contratar mano de obra y la ganancia ya no sería de G.2.200.000, sino de G. 24.400.000, calculando un gasto de un 30 % en mano de obra y otros menesteres que involucra al cultivo”.

El cultivo de poroto utiliza, netamente, mano de obra familiar, por lo que podría generar, fácilmente, unos G. 17.000.000 en un periodo de aproximadamente tres meses. Siguiendo las buenas prácticas agrícolas y poniendo la confianza en el productor, se puede afirmar que tal desafío es posible.

(*) Técnico Asesor en Desarrollo Rural. Pilar – Ñeembucú.

 

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