LA CANASTA MECÁNICA

COCHINADAS, REMIENDOS Y ENMIENDAS.- Al ingresar a la sala de Diputados, hay un olor a chiquero hediondo. También parece que rondan en el sitio la merca, el narco, la camioneta lujosa, la boutique y las pelotas. Resulta ser que un diputado de nombre Ulises Quintana ha llegado a ocupar su banca gracias al patrocinio de una persona conocida como Cucho, de conducta muy dudosa, sospechado de ser narcotraficante. El escándalo incluye una foto del actual presidente junto con el tal Cucho (Reinaldo Javier Cabaña Santacruz). Mario Abdo dijo que no hay intocables en el Paraguay, ni el presidente. Felicitó el operativo de la Senad e instó al Poder Judicial para que se ponga a la altura de las circunstancias.

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La fiscala Lorena Ledesma, vía juez Ayala Brun, hizo llegar al presidente de la Cámara de Diputados un documento en el cual imputa a Ulises Quintana por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, tráfico en calidad de cómplice, tráfico de influencias y asociación criminal. Estos hechos punibles surgen luego de conocerse la relación cercana entre el diputado y el sospechoso. Quintana dijo que él era abogado de Cucho y que no sabía a qué se dedicaba. Aparece Azucena, la novia de Cabaña Santacruz, que tiene un cochazo y una boutique en la cual vende ropa de la marca: La Bella Mafia. Nombre sugestivo.

En el momento en que escribo, se necesitan 53 votos para el desafuero de Ulises Quintana. Es el camino a Ítaca de este Ulises.

Por otra parte, hay polémica sobre la ley Anita de donación de órganos. La gente se queja de sentirse obligada a donar, y la ley dice que quien quiera oponerse, puede presentar su objeción ante escribano público, ante la INAT o el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional. Para agilizar el trámite, podría consignarse en la cédula de identidad la calidad de donante o no donante.

También fue controvertida la decisión del Gobierno de reubicar en Tel Aviv la Embajada Paraguaya en Israel, que al presidente Cartes, ya de salida, se le antojó llevar a Jerusalén. Es que el país no es una empresa privada en la que se toman decisiones en forma personal, inconsulta. Hasta quien fungía de canciller en aquel momento trató de pasar desapercibido por no decir se ocultó.

Con esa decisión precipitada, Horacio Cartes (imitando a Donald Trump) nos expuso a un estado de inseguridad nacional. Para defender los intereses de la seguridad nacional de los Estados Unidos, es lo que dice el documento de postergación, que cada seis meses, desde 1995, firma el presidente de los Estados Unidos para evitar el traslado de la Embajada Americana de Tel Aviv a Jerusalén. Una semana después de la inauguración de la American Embassy en Jerusalén, Trump se vio obligado a firmar el documento de exención por seis meses; de no hacerlo, el Senado podría disminuir los fondos para solventar las embajadas de los Estados Unidos en los países del mundo. El embajador estadounidense en Israel, David Friedman, sigue residiendo en Tel Aviv y declaró a la prensa: “Mi departamento en Jerusalén no es una opción, por lo que no podrá ser eso y estamos todavía trabajando en ese tema”. Luego se dio el enojo de Benjamín Netunyahu y el retiro de la Embajada de Israel de nuestro país. Si no me equivoco, lo que no se dio es el retiro de la Embajada de Israel de Washington.

A lo mejor, en nuestro país podríamos trasladar la residencia de todas las embajadas a Caacupé que, después de todo, es nuestra ciudad Santa.

carlafabri@abc.com.py

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