La canasta mecánica

LA GUERRA NO ES FEMENINA -- Son los varones quienes toman la decisión llevar a cabo una guerra, y en todo el mundo, el ejército está dominado por la figura del hombre. Aunque no se puede afirmar en términos biológicos que la guerra es cosa de hombres, a los niños se los educa para ser agresivos, mientras que a las niñas se les niega la agresividad.

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La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

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No faltará quien asegure que cuando las mujeres llegan al poder, también participan en la guerra, y podrán mencionar a la primera ministra británica Margaret Thatcher en la guerra de las Malvinas, a la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice en Irak, a Hillary Clinton en Libia, a la canciller alemana Ángela Merkel en Afganistán. ¿Refutan esos ejemplos la cuestión de género? No, porque ninguna de las mencionadas llevó a cabo una política exterior feminista.

La segunda guerra mundial empezó el 3 de septiembre de 1939, las mujeres se opusieron a ella y en un congreso de mujeres celebrado ese mismo año se concluyó que “los hombres son responsables de la guerra ya que todas las oportunidades de esfuerzo conjunto han sido desperdiciadas”. Nunca son ellas quienes deciden si habrá o no guerra, no están en las posiciones de poder y nadie les pregunta. Sufren las consecuencias.

Dice Hannah Arendt: “Perdimos nuestro hogar, es decir, la cotidianeidad de nuestra vida familiar. Perdimos nuestra ocupación, es decir, la confianza de ser útiles en este mundo. Perdimos nuestra lengua, es decir, la naturalidad de las reacciones, la simplicidad de los gestos, la sencilla expresión de los sentimientos… Nos hemos convertido en testigos y víctimas de terrores peores que la muerte”.

La politóloga Leandra Bias, de la Universidad de Berna, Suiza, dice: “Habría que repensar la política de seguridad. Una política exterior feminista crearía canales y procesos para integrar voces que han sido ignoradas durante siglos. La política de seguridad está dominada por hombres, no solo porque los hombres dominan el poder, sino porque domina una mentalidad asociada a los hombres. Se supone que alguien se siente más seguro cuando tiene poder sobre los demás. Este pensamiento de dominio masculino también conduce a la opresión de las mujeres en la sociedad. Tal vez se trata de introducir formas e ideas supuestamente femeninas como podrían ser la conciliación y la empatía. Se trata de que cuando se hable de armas, no se hable de números abstractos, sino de millones de muertos”. Un estudio demostró que cuando las mujeres participan en las negociaciones de paz como mediadoras o responsables, el riesgo de recaída en el conflicto disminuye bastante y la paz dura una media de 15 años más.

El pensamiento masculino tiene como fundamento la lógica del poder entendido como control, dominación, servidumbre y violencia. El pensamiento feminista sigue la lógica de la no violencia, el bienestar y el placer que arranca del amor. Esto no significa que los hombres sean malos y las mujeres buenas. Algunos hombres y algunas mujeres vislumbran el principio del placer como parte la felicidad en la vida humana.

carlafabri@abc.com.py

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