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Orrego, asistido por abogados, declaró durante tres horas ante la fiscala Sandra Quiñónez.
A mitad de la declaración la fiscala convocó al jefe de departamento de Investigación de Delitos, Gilberto Fleitas, y al titular de la División Homicidio de esa unidad policial, César Silguero.
Esto se debió a que la fiscala consideró que el militar estaba aportando datos relevantes, sobre todo lo referente a la línea de teléfono celular que utilizaba Acosta.
Orrego, excomandante del destacamento militar de Ypejhú, relató a la fiscalía que su relación con Acosta Marques era de carácter oficial y que en ese contexto llegó a ver con “Neneco” a otros de los supuestos implicados con el asesinato.
“Participaba en los actos que la Intendencia organizaba y también algunas ocasiones los veía con Wilson Acosta y con Arnaldo Cabrera”, explicó la fiscala Quiñónez.
Wilson Acosta es hermano de Vilmar y es considerado uno de los sicarios.
Cabrera era el chofer de Vilmar y su brazo derecho.
La fiscala indicó que Orrego proporcionó los números de teléfonos de Vilmar.
“En un momento dado cuando (Orrego) le había solicitado (a Vilmar) para que le ayude para que le envíe un tractor para limpiar el cuartel y él no le atendió, (Neneco ante el reclamo) le dijo que ‘cuando yo no te atienda llamá a este número’ y le dio el número, ‘y te va a atender Cabrera, que siempre está conmigo’, y ese es un número clave para nosotros en la investigación”, explicó la fiscala.
El referido número fue utilizado para monitorear el atentado que se consumó el 16 de octubre pasado, en Villa Ygatimí, departamento de Curuguaty.
“Vilmar no utilizaba sus números con su nombre sino con el número de su chofer. El número (que recibió Orrego) fue el utilizado antes y después de lo de Pablo y era el número de Arnaldo Cabrera”, amplió la fiscala al señalar la relevancia de la declaración.
Orrego negó que haya ocultado a Vilmar en el cuartel, diez minutos antes de que se allane la propiedad del exjefe comunal.
Relató que la última comunicación con Acosta la mantuvo 48 a 72 horas antes del homicidio de Medina y de Antonia.
En ese contexto entregó a la fiscalía su teléfono celular para que sea objeto de peritaje. “Él dice que le llamaban de repente para preguntarle ‘qué estás haciendo, comandante’, si no necesitaba nada; él lo que manifiesta es que era un trato entre autoridades. Lo primero que un comandante de unidad tiene que hacer es socializar con autoridades de la zona. El hoy imputado era intendente de Ypejhú”, recordó la fiscala.
Esta indicó que declaró que en el momento del atentado estaba a 40 kilómetros de su unidad y que volvió de inmediato. “Les avisó a sus superiores que si querían contar con la unidad castrense para quedar a reguardo de las autoridades intervinientes, si querían permanecer toda la noche por Ypejhú, que él les ofrecía albergue, dada la peligrosidad de la zona”, agregó.
Sobre los actos ilícitos
El coronel Felipe Orrego pudo haber estado en conocimiento de las actividades ilícitas de Vilmar Acosta (tráfico), pero no estaba bajo su jurisdicción realizar acción alguna. Así dijo su abogado Mainu Dendia. “En su carácter de militar podría haber conocido, pero no estaba con la autorización de actuar bajo ningún concepto”.
Requerido si maneja información respondió: “A lo mejor sí, a lo mejor no... especulaciones, hasta que no se haga una investigación real, no salga la verdad, es difícil poder acusar”.