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El Parque Nacional Paso Bravo es una de las principales áreas protegidas de nuestro país.
Ocupa una superficie de 100.000 hectáreas y alberga al 48 por ciento de los mamíferos silvestres conocidos en el país.
La cuenca del río Apa registra 103 variedades de peces y existen, por lo menos 428 especies de aves.
Paso Bravo es uno de los pocos bosques continuos que restan en la Región Oriental del Paraguay.
Un refugio biológico extraordinario se está convirtiendo en potrero: 1.674 cabezas de ganado ingresan todos los días en el parque nacional a pastar.
El vicepresidente de la República, Juan Eudes Afara, es propietario de 108 cabezas; el intendente de San Carlos del Apa, Luis Aníbal Schupp, posee 1.466 cabezas; y la empresa Extreme Moulding Corporation SA es dueña de otras 100 cabezas.
El parque nacional es utilizado como potrero. El conjunto de leyes ambientales no tiene ningún valor y la categoría de área protegida a perpetuidad es pisoteada por ganado de funcionarios públicos.
El intendente de San Carlos del Apa, Ing. Luis Aníbal Schupp, es propietario de una fracción de 200 hectáreas.
Según pudimos observar en el terreno, este predio sería objeto de arrendamiento a un ganadero brasileño.
Es decir, utiliza gratis pastura natural de un parque nacional y obtiene rédito con el alquiler de su establecimiento.
La sociedad con el Vicepresidente de la República podría explicar la impunidad con que Schupp maneja un sector del parque Paso Bravo, en beneficio de sus inversiones agropecuarias.
El Parque Nacional Paso Bravo es resultado de la expropiación de tierras de los Antebi.
El Estado está pagando en cuotas una millonaria indemnización a Roberto Antebi y ahora tenemos al Vicepresidente de la República y un intendente municipal introduciendo su ganado para engordarlos en el parque nacional.
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