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Dicha central nuclear generará energía de 100/150 mega, que será el primero de este tipo en Argentina.
El proyecto se viene manejando desde el 2010, y lo advirtió el biólogo y científico argentino Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), que es una ONG con estatus consultivo de las Naciones Unidas (Funam es Premio Global 500, en 1987).
ABC Color se hizo eco de este anuncio en la edición del 30 de julio de 2010, página 31, donde se publica que el Gobierno paraguayo ya tenía conocimiento, desde entonces, de este proyecto.
Montenegro argumentó los riesgos para los pobladores de Formosa, pero su preocupación también interesa a nuestro país, por su cercanía.
Ñeembucú, en alerta
El 11 de octubre del 2011, organizaciones sociales y ambientalistas del Ñeembucú repudiaron el proyecto argentino de instalar la planta nuclear en la vecina provincia de Formosa. La marcha contó con muchos adherentes de la zona de nuestro país, que es la más cercana a los sitios del proyecto de instalación de las centrales atómicas.
La protesta pública fue durante el acto realizado en Pilar en homenaje a la ciudad.
En aquella ocasión, los manifestantes lamentaron que la decisión de instalar una planta nuclear en la frontera se realice de manera inconsulta, considerando los riesgos que implica no solo para los argentinos, sino para toda la región.
Peligro para el país
El Dr. Rubén Sosky, experto en aplicación de la energía atómica en medicina, dijo que este tema se viene hablando desde hace rato, sin que las autoridades de nuestro país articulen por lo menos pedidos oficiales para que las plantas se instalen en sitio más alejados de nuestra frontera.
“Nadie quiere una planta nuclear en su frontera, ni a la vuelta de su casa. Es una zona que me preocupa, por el material radiactivo”, dijo el profesional paraguayo.
Explicó que, si bien todas las instalaciones tienen una construcción segura, “sabemos que cualquier problema, un incidente, puede generar una nube radiactiva que sí o sí tendrá consecuencias de radiación que puede traer problema genético, cáncer y otros más para la salud humana”.
Manifestó su reconocimiento de la experiencia argentina en centrales nucleares, pero dijo que países como Japón, con más avanzada tecnología de seguridad, tuvo su incidente, a igual que Chernobyl (Ucrania, 26 abril 1986), que hasta ahora siguen con rastros radiactivos en el suelo.
“El tema es delicado. Las consecuencias sí o sí son funestas. Hace falta una reacción, que Cancillería (paraguaya) se mueva, para proponer que las plantas sean instaladas en lugar más distante”, dijo.
Alertó que se produciría una contaminación ambiental que de por vida puede afectar a nuestro país.
Agregó también que en nuestro país existe una Comisión Nacional de Energía Atómica “que debería ser la encargada de recabar todas las informaciones, monitorizando qué tipo de construcción y otros detalles que deben interesarnos”.
Situación en Formosa
El diario El Comercial de Formosa resaltó en su edición que el físico nuclear Dr. Rolando Granada confirmó que los desechos de la usina nuclear (contenido de uranio reactivo) serán depositados en la misma zona. Este hecho violaría el artículo 38, inciso 3, de la Constitución formoseña que prohíbe “el almacenamiento de uranio o de cualquier otro material radiactivo” en el territorio.